“Creció entre masas y panes en la panadería de su padre, y fue el único de los hijos que se enamoró del oficio”, comenta Jimena Agois, periodista y fotógrafa gastronómica
“Creció entre masas y panes en la panadería de su padre, y fue el único de los hijos que se enamoró del oficio”, comenta Jimena Agois, periodista y fotógrafa gastronómica

Nacido en Puerto Rico y propietario de tres locales en Miami y tres en Mérida (México), Antonio Bachour es un reconocido pastelero, el mejor del mundo en dos ocasiones según Chef Awards. De familia libanesa, con un corazón gigante y una pasión meticulosa por su trabajo, cada una de las piezas que este cocinero elabora con muchísimo cariño son pequeñas obras de arte donde podemos encontrar perfectos croissants de rellenos maravillosos, masas suaves y crujientes y creaciones infinitas con mucha técnica y precisión.

Creció entre masas y panes en la panadería de su padre, y fue el único de los hijos que se enamoró del oficio. A diferencia de otros niños del barrio que jugaban y salían con los amigos, Bachour trabajaba sin descanso buscando lograr los mejores dulces posibles. La vida da vueltas y a los 16 años le diagnosticaron un tumor cerebral que le arrebataba toda posibilidad de futuro, pero dicho diagnóstico no supuso impedimento para el joven cocinero lleno de sueños, sino todo un impulso para continuar haciendo sus sueños realidad.

Ha trabajado con los hermanos Roca y Espai Sucre en España. En el 2009 aperturó el W South Beach Hotel y se encargó de toda la pastelería del Hotel Trump Soho y sus restaurantes. Luego viaja a Francia para formarse con el reconocido chef Phillippe Givre en L’École Valrhona y ese mismo año fue seleccionado como uno de los “10 Mejores chefs de pastelería” en Estados Unidos. Su fama traspasó fronteras durante su mandato en el hotel St. Regis Bal Harbour de Miami, donde fue chef ejecutivo de pastelería durante cinco años. Sus postres han sido las estrellas de numerosas publicaciones de pastelería y tiene varios libros publicados. Desde que dejó St. Regis ha recorrido el mundo enseñando y trabajado en su tienda insignia en Coral Gables donde cuenta con una amplia zona de degustación, obrador a la vista y equipamiento de aula para impartir cursos prácticos. Diseña sus propios moldes, imparte cursos y viaja por el mundo realizando asesorías y supervisando sus restaurantes. Su pastelería denota un especial gusto por los ingredientes florales y frescos; y su trabajo con las masas es impecable y delicado.

El pasado mes de noviembre estrenó pastelería y dos restaurantes en un centro comercial en Mérida. Una de las propuestas es un bistró, el otro un libanés llamado Habibi, donde Bachour, fiel al legado familiar, hace un tributo a la cocina libanesa, esa de madres y abuelas donde las especias, frutos secos, el compartir y la abundancia son las estrellas. Varias versiones de hummus (garbanzos, beterraga, o aceitunas), falafel, kibbehs, hojas de parra, babagaoush, comida rica y sabrosa, acompañada de vinos del mundo o creativos cócteles. Los postres son un tema aparte, obviamente. Cheesecake de cremosidad perfecta, baklava crujiente, bombones. Materia prima de calidad transformada en texturas únicas y crocantes. El equilibrio del dulce es perfecto. Por la mañana visiten la pastelería, el olor a croissant recién horneado sabrá guiarlos.

Sea cual sea el local por el que pase, en Miami o Mérida, los sabores, color y diseño del trabajo impecable de este talentoso pastelero lo hará disfrutar de principio a fin.

Por la mañana visiten la pastelería, el olor a croissant recién horneado sabrá guiarlos.

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