“Ambos sectores tienen grandes similitudes: Una tierra que ofrece materia prima de condiciones excepcionales y tipicidad en los frutos”, comenta Vanessa Rolfini
“Ambos sectores tienen grandes similitudes: Una tierra que ofrece materia prima de condiciones excepcionales y tipicidad en los frutos”, comenta Vanessa Rolfini

En julio las buenas noticias provienen del cacao y el vino peruano, dos sectores que han mostrado un crecimiento sostenido en años recientes se han diversificado y mostrado soluciones creativas a los obstáculos. Sin embargo, este repunte no se ha dado así porque sí, es el resultado de una labor constante, que casi raya en la terquedad. Ambos sectores tienen grandes similitudes: una tierra que ofrece materia prima de condiciones excepcionales, tipicidad en los frutos, incluso en el cacao una biodiversidad que se presta para alardear. También un despertar reciente, un mercado internacional abierto a la gastronomía peruana donde disponen de un espacio de expresión y expansión.

El despertar

El caso del vino peruano es increíblemente particular, porque todas las bodegas productoras, también destilan pisco. Con la llegada de la pandemia, muchas se vieron un con stock que superaba su capacidad de almacenamiento, inconvenientes para la distribución entre otros temas, lo que impulsó la producción de vinos secos. Entonces, bodegas grandes y pequeñas, se han enfrentado a los mismos desafíos, que también pasan por ganarse la confianza del consumidor local para que le abra espacio en sus celebraciones y en su mesa.  Por su parte, los bodegueros tienen el reto de hacer cada año un producto que garantice calidad, estabilidad y que aproveche un elemento donde Perú podría jugar con ventaja, la tipicidad de sus uvas patrimoniales y las expresiones tan variadas de otras más conocidas en el mercado internacional. Una gran oportunidad se da cada año en el Salón del Vino Peruano, que este año llega a su sexta edición y se llevará a cabo del 14 al 16 de julio, con más de 180 etiquetas para mapear al país por sus vinos. Algunos expertos del tema apuntan a un despertar.

Más y mejor chocolate

El cacao también experimentó los embates del covid, aunque son otras sus circunstancias, y al igual que el vino, el consumidor local, salvo un par de marcas de toda la vida de consumo masivo, no terminan de darle un voto de confianza a sus chocolates.

No todos los chocolates saben igual, porque intervienen variedad de factores en el resultado final: dulzor, cantidad de grasa, aroma, textura, si ofrecen un gramaje más fino o tosco, hay mucho que considerar. Personalmente, pruebo marcas locales todo el tiempo, y la diversidad puede llegar a abrumar. Pero hay compromiso en los productores de cacao y chocolate en ofrecer calidad. Entonces, toca abrir mercado y para que eso pase y hay que comprar chocolate local.  En este caso, la oportunidad para darse una probada de lo que ofrece Perú será en el XIII Salón del cacao y el chocolate a celebrarse del 14 al 17 de julio.

Sí, ha leído bien, ambos eventos se darán en Lima en los mismos días. Ya para otros años la voz es coordinar mejor para no coincidir, pero por lo pronto, saboreemos lo mejor de la patria en su mes con vino y chocolate.

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