El chicle que mascó una mujer hace 6,000 años fue clave para que un grupo de científicos lograra obtener su genoma completo. El hallazgo se realizó en el yacimiento arqueológico de Syltholm en Dinamarca.
Pese a los miles de años, el chicle guardó las marcas de los dientes de la fémina, quien era morena de cabello y de piel, según revelaron las investigaciones. Además tenía los ojos claros.
Los científicos la han bautizado como Lola y tres de sus características fueron importantes para reconstruir su genoma: la bacterias que tenía en la boca, el virus que portaba y lo que había comido antes de masticar el chicle.
“El ADN está tan excepcionalmente bien conservado que pudimos recuperar un genoma humano antiguo completo de la muestra… lo cual es particularmente significativo. Ya que, hasta ahora, no se han recuperado restos humanos de este sitio”, explica el equipo de investigadores en un informe.
Según los autores, la muestra de ADN sugiere que el masticador era una mujer de la Europa mesolítica y que “la propagación adaptativa de la pigmentación de la piel clara en las poblaciones europeas solo ocurrió más tarde en la prehistoria”.