En el invierno, las bufandas de lana son una de las prendas más empleadas por las personas, sobre todo si tienes que salir a las calles. Sin embargo, son muy delicadas y debes tener mucho cuidado a la hora de lavarlas. En la siguiente nota te indicamos los pasos que debes seguir para que esa chalina que tanto te gusta vuelva a estar limpia. Conoce el siguiente truco casero.
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El invierno está golpeando con fuerza en diversos países y las personas recurren a sus prendas más adecuadas para soportar el frío. Uno de esos accesorios es la bufanda, o chalina, como se le conoce en otras zonas.
Además de abrigarte alrededor del cuello, la bufanda elaborada con lana repele hasta cierto punto la presencia de las bacterias y es biodegradable, tal como indica modaenlana, y durante mucho tiempo puede estar limpio. Eso sí, debes tener mucho cuidado a la hora de lavarla, pues corre el riesgo de estropearse.
¿Cuáles son los pasos para lavar una bufanda sin que se dañe?
De acuerdo con unCOMO, para lavar correctamente una bufanda necesitaremos una tina con agua fría, un cepillo, jabón neutro y una mesa plana. Sigue los siguientes pasos:
- Remoja la bufanda en una pequeña tina con agua fría y déjalo por lo menos una hora. Este procedimiento lo realizaremos para que la lana no se encoja y no sufra cambios después, al momento de lavarla.
- Coge un jabón neutro y sumérgelo en agua caliente, en primer lugar, y posteriormente, en agua fría, para que se diluya sin problemas. Recuerda que la lana es un material muy sensible y debes tener cuidado.
- Encuentra las manchas que hay en tu bufanda y, con el jabón listo, límpialas con un cepillo. Es necesario que te tomes el tiempo para lavarla por partes, agregando el jabón en las partes afectadas. La parte de la chalina que no esté sucia debe ser limpiada con masajes y sin jabón.
- Retira la bufanda de la tina, previo enjuague, y asegúrate que no tenga residuos de jabón. Si es necesario, enjuágala otra vez
- Utiliza una mesa para tender la chalina de forma horizontal, de modo que no se deforme. Presionamos un poco el tejido para que suelte agua y luego esperamos a que seque sobre la mesa.
Debes pensar dos veces antes de lavar a mano tus bufandas, pues solo con ventilación y un buen cepillado lucirán limpias.