Por más dificultades y sufrimientos que vivamos, permitirnos la angustia o desesperación no nos ayuda en nada para ser felices, sino que hay que hacer el esfuerzo -que no es fácil- de vivirla descubriendo el sentido positivo que podemos rescatar de la situación. (Foto: Freepik)
Por más dificultades y sufrimientos que vivamos, permitirnos la angustia o desesperación no nos ayuda en nada para ser felices, sino que hay que hacer el esfuerzo -que no es fácil- de vivirla descubriendo el sentido positivo que podemos rescatar de la situación. (Foto: Freepik)

El 20 de marzo se conmemorará el Día Internacional de la Felicidad, declarado así por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2012, según resolución 66/281.

La fecha fue designada por la ONU para que, cada año, las personas se tomen un tiempo para conversar en torno a lo que la organización define como la verdadera esencia de la vida: estar alegres y buscar el bien común.

En ese sentido, la ocasión resulta propicia para preguntarse si es que es posible ser felices en medio del contexto por el que el mundo atraviesa, en el que cada vez son mayores la inseguridad, los conflictos y las enfermedades, que son causa de mucho sufrimiento para todos.

“Lograr la felicidad es una tarea y responsabilidad que nos involucra a todos. No se trata de asumir las adversidades de la vida con angustia o desesperación, sino que hay que tratar de vivirla descubriendo el sentido positivo que le podemos sacar de cada situación. De esta manera, se puede ser feliz con las circunstancias buenas o malas que vivimos y con lo que uno es”, indicó Pablo Perazzo, Director del Proyecto Felicitas.

Para Perazzo, encontrar el verdadero camino hacia la felicidad podría resultar infructuoso en tanto no se tengan en consideración estos cinco aspectos importantes:

  • Buscar la propia identidad. “¿Quién soy?” es una pregunta fácil de hacer, pero difícil de responder -y hasta de comprender- si es que no existe el autoconocimiento personal de la mano con un proyecto de vida claramente definido. El ser humano que no se conoce, no sabe el propósito de su vida y, en consecuencia, no sabe cómo descubrir el sentido de su vida para ser feliz.
  • Mantener relaciones personales. Generalmente las tensiones, angustias y hasta el estrés se producen cuando se lleva una vida individualista y egocentrista. La persona que no tiene contacto con amistades sinceras y personas cercanas se aleja de la ansiada felicidad.
  • Aspirar a transcender. Salir de la “burbuja” o del espacio personal -superando la propia “zona de confort”- ayuda a tener una conexión más completa con los demás, no solo a nivel exterior sino también interior. Cuando esto ocurre, se evidencia en el proyecto de vida del ser humano, cuyo propósito debe ir más allá de únicamente los intereses personales.
  • Aprender a aceptar los sufrimientos. Aunque es muy difícil, el sufrimiento causa desesperación y confusión para el ser humano que no ha entendido que el sentido de pasar por momentos duros es parte de vivir. Si no se trabaja adecuadamente en la aceptación del sufrimiento y los aprendizajes que nos ofrece para madurar en nuestra vida, es imposible creer en la felicidad.
  • Vivir una actitud agradecida ante la vida. A la vez que aprendemos a incorporar con madurez las dificultades de la vida que nos hacen sufrir y le vamos dando el sentido a la vida que merecemos, debemos agradecer las maravillas que todos tenemos, haciendo el esfuerzo por ser conscientes de todo lo bueno que tenemos y somos más allá de las adversidades

Para empezar el camino hacia la felicidad, es aconsejable experimentar un cambio de actitud que vaya de la mano con una revisión de la vida actual. Se trata de asumir con responsabilidad la propia vida y ser protagonistas de nuestra auto realización personal, buscando alcanzar siempre la mejor versión de nosotros mismos.

“Cuán importante resulta comprender el verdadero significado de una palabra tan sencilla como ‘Gracias’, que nos permite valorar y tomar conciencia sobre diferentes aspectos de la vida”, sentenció el Director del Proyecto Felicitas.

Cabe precisar que el Día Internacional de la Felicidad es una fecha inspirada por la filosofía de Bután, país surasiático que implantó un día en el que se destacase la importancia de la felicidad nacional, meta que alcanzó en la década del 70. La República de Bután fue el primer país del mundo en abandonar la tradicional medición del “Producto Interno Bruto” (PBI) como un parámetro de desarrollo, para adoptar el de “Felicidad Nacional Bruta” (FNB).

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