Diego Dibós cuenta los días para que llegue el 4 de septiembre, y finalmente, tras año y medio de pandemia, pueda subir a un escenario para celebrar su vuelta a la música y sobre todo la vida. “Siempre he sido bien positivo, pero nunca imaginé que iba a ser tan bravo todo lo que hemos pasado. Ir viviendo cada mes cada extensión de cuarentena, viendo que todo se complicaba, y sobre todo que el trabajo en la música se detuvo fue muy fuerte. En el estudio tuve clientes con los que seguimos trabajando y eso me mantuvo económicamente tranquilo, pero por el lado de conciertos empecé a sentir una especie  de claustrofobia. Tenía ganas de tocar y esa ansiedad la reemplacé haciendo música nueva, coincidiendo con la celebración de mis veinte años en la música”, cuenta a Correo.

¿La pandemia no detuvo tus ganas de crear?

Felizmente yo tengo el estudio de grabación en mi casa, entonces aprovechaba los ratos libres para componer, gracias a Dios siempre tengo la cabeza dando vueltas, pensando, me gusta estar activo. También afloraron otras ideas, como celebrar mis 20 años de una manera virtual que salió muy bonito.

Pero todo se detuvo cuando te contagiaste de Covid.

Fue un shock, no me lo esperaba porque en mi casa nos cuidamos un montón. Un día me empecé a sentir mal, me hice tres pruebas en dos días y las dos primeras salieron negativas, pero yo seguía insistiendo porque no me sentía bien. Todo fue rarísimo, pero cuando me hice la tercera prueba me salió positivo.

Poco a poco se fue complicando tu salud...

Estuve en mi casa con tratamiento como una semana, pero empezó a bajar mi saturación. Así que mi esposa me dijo que debíamos llamar a una ambulancia para ir a la clínica, después de llegar y de varias horas de espera e insistencia finalmente pasé a una cama en emergencia. Estuve dos días allí y al tercero pasé a cuarto y después ya no me acuerdo. Estuve en la clínica un mes, la mayor parte intubado.

Una experiencia que sin duda te ayuda reconocer las verdaderas prioridades de la vida.

Lo que te deja esta enfermedad que te pone al límite es que te hace entender que nada es tan urgente e importante que tu vida, y a veces uno se estresa por cosas que no valen la pena. Al final lo único que importa es hacer las cosas lo mejor que se pueda.

Y ahora lo que más te importa es este regreso a los escenarios que te devuelve a algo que amas.

Para mí no hay nada como en un concierto, chico o grande, en el que pueda contar de qué tratan mis canciones. Además, me gusta mirar a la gente a la cara, interactuar, esa vaina no tiene precio y justamente este concierto del 4 setiembre en el anfiteatro del Parque de la Exposición es el primero de muchos que vendrán, no solamente el primero con TK,  y eso me tiene contento, estamos ensayando muchas horas, parecemos unos amateurs.

¿Dejaste por el momento tu carrera de solista?

Haré conciertos con TK pero también estoy preparando cosas solo, por ahora, tengo ganas de darle con el grupo un buen rato, me estoy sintiendo muy cómodo ahí.  Todos estamos muy entusiasmados con el regreso, yo quiero muchísimo a Emilio (Pérez de Armas) y Carlos (Lescano), somos como hermanos.

Esa es la actitud, esta pandemia nos hecho recordar que hay que buscar las coincidencias y no lo que nos separa...

De todas maneras, estas duras experiencias nos obligan a empezar a valorar a algunos amigos de los que estábamos medio peleados. Uno se pregunta si vale la pena estar alejado de los que uno quiere por cosas que se pueden resolver, todos estamos un poquito más sensibles y con ganas de ser mejores seres humanos. Eso es algo de lo positivo de lo que podemos rescatar de estos tiempos difíciles.

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