Sin lugar a dudas, la muerte de un familiar ocasiona un fuerte dolor, incluso, severos cuadros de depresión en determinadas personas, dependiendo del vínculo que se ha tenido con el fallecido.
Ante ello, surge la inevitable pregunta ¿es posible que el fallecimiento de un pariente puede ser tan doloroso que la pérdida de una mascota?
De acuerdo con un reciente estudio realizado por la empresa Harris Interactive de Estados Unidos, el 90% de los amos de canes considera que han sentido un profundo dolor por la pérdida de sus mascotas como cuando afrontaron el adiós de un familiar.
Incluso, algunas de las personas sometidas a la investigación, han asegurado haber obtenido más satisfacción de la “relación con sus perros” que con la de sus amigos.
Otra señal que evidencia el fuerte vínculo entre los dueños y los canes en el hogar, es cuando un padre de familia se equivoca al llamar a un hijo con el nombre del otro, hay casos en los que se repite esta situación con los canes. Es decir, el propietario se equivoca en nombrar al perro con el nombre de un integrante de la familia.
Según esta investigación, algunos de los dueños de los perros se niegan a reconocer que han padecido de depresión por el fallecimiento de su mascota. Mientras que la mayoría lo admiten.