FOTO: AFP
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Al menos 38 personas murieron y otras 102 resultaron heridas tras un bombardeo llevado a cabo por Estados Unidos el jueves contra el puerto petrolero de Ras Issa, en la costa del mar Rojo, según medios vinculados a los hutíes del Yemen.

El canal Al Masirah, portavoz de los insurgentes, informó inicialmente de 17 muertos y más de 30 heridos, pero actualizó la cifra en la madrugada del viernes. La cadena catarí Al Yazira difundió también el nuevo balance.

El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) confirmó el ataque y aseguró que destruyó el puerto, utilizado por los hutíes para financiar sus operaciones mediante ventas ilegales de combustible. “Tomamos medidas para eliminar esta fuente de ingresos ilegales que ha sostenido sus actividades terroristas por más de una década”, indicó el Centcom en un comunicado.

El puerto de Ras Issa es clave para el ingreso de ayuda humanitaria y productos esenciales al Yemen, país que atraviesa una prolongada crisis humanitaria. Según la ONU, junto con los puertos de Al Hudeidah y Salif, concentra cerca del 70 % de las importaciones y el 80 % de la asistencia internacional.

Los hutíes calificaron el bombardeo como un “crimen de guerra”, alegando que se trató de una agresión contra una infraestructura civil vital. Acusaron a EE. UU. de querer castigar al pueblo yemení por apoyar la causa palestina.

Desde el 15 de marzo, por orden del presidente Donald Trump, EE. UU. ha intensificado sus ataques contra posiciones hutíes, con el objetivo de frenar las amenazas a la navegación comercial en el mar Rojo. Sin embargo, los enfrentamientos se han agravado y los rebeldes continúan respondiendo con ataques a buques estadounidenses e israelíes.

El Gobierno yemení internacionalmente reconocido responsabilizó a los hutíes de haber convertido el puerto en un centro de contrabando de armas y petróleo iraní, generando grandes beneficios económicos que no habrían llegado a la población.