Un cartón que representa al rey Carlos III de Gran Bretaña con la Union Jack se muestra a lo largo de la ruta de la procesión en The Mall, cerca del Palacio de Buckingham en el centro de Londres, el 5 de mayo de 2023, antes del fin de semana de la coronación. (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)
Un cartón que representa al rey Carlos III de Gran Bretaña con la Union Jack se muestra a lo largo de la ruta de la procesión en The Mall, cerca del Palacio de Buckingham en el centro de Londres, el 5 de mayo de 2023, antes del fin de semana de la coronación. (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)

Setenta años después de su madre, Carlos III es coronado en una ceremonia cargada de tradición y simbolismo, única en Europa, que reunió a miles de admiradores en Londres, pero no estuvo exenta de protestas antimonárquicas.

Los invitados extranjeros, desde el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a los reyes Felipe VI y Letizia de España, pasando por la primera dama estadounidense Jill Biden, llegaron a Londres, donde el monarca dio el viernes por la tarde una recepción en su honor.

Antes, el rey había paseado por las inmediaciones del Palacio de Buckingham, junto a su hijo mayor, Guillermo, de 40 años y heredero al trono, y la esposa de este, Catalina.

Sonrientes y relajados, los tres estrecharon manos, charlaron y se hicieron fotos con los numerosos admiradores y turistas allí reunidos pese a la fuerte lluvia que había caído poco antes.

Fans de la realeza acampan desde hace días en el Mall, la larga avenida que conduce al palacio, para asegurarse un lugar en primera fila desde donde ver el cortejo real.

“Es un momento histórico. Somos muy afortunados de vivir una coronación”, afirmó Marie Scott, de 52 años, asegurando que ver los eventos reales en persona no es lo mismo que por televisión.

Otros, como Mimi Gill, una estadounidense de 43 años fan de la serie de Netflix “The Crown”, no solo disfrutarán siguiéndolo por la pequeña pantalla, sino que lo comentarán en directo en las redes sociales con “fans de todo el mundo”.

Y miles de turistas desembarcarán en Londres esperando disfrutar de la celebración en sus calles decoradas con banderas británicas.

La ceremonia retomará elementos con siglos de historia, pero se verá modernizada con la participación de mujeres obispos, líderes de religiones minoritarias y una lista de invitados basada en la “meritocracia” en lugar de la “aristocracia”.

También tendrá su parte la temática ambiental, con un óleo de unción vegano y prendas ceremoniales recicladas.

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