Una joven de 23 años en el Reino Unido está luchando para salvar su vida, luego que los médicos que le detectaron COVID-19 descubrieran que en realidad la tos que tuvo por más de cinco meses era en realidad cáncer.
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Chloe Girardier le contó al Mirror que quedó devastada tras esta terrible negligencia médica, puesto que, si el hospital le conseguía una cita a tiempo, no tendría que pasar por el proceso de quimioterapias a puertas de las fiestas navideñas.
“Es muy difícil conseguir citas; seguían diciéndome que no era elegible para una cita urgente porque era solo una tos”, reveló la trabajadora de un hogar de cuidados en Inglaterra. “Hubo varias veces que la gente me preguntó si me había hecho la prueba de COVID-19 y fue frustrante porque todavía existen otras enfermedades y la tos no es solo un signo de COVID-19″, continuó.
En julio, la joven pensó que había contraído un resfriado y empezó con los síntomas de la tos. Estos cada vez se hacían más agudos por lo que decidió ir al médico. Después de batallar con el hospital para conseguir una cita, el doctor que la atendió le recetó antibióticos, inhaladores y tabletas para el reflujo.
Sin embargo, su malestar no desaparecía y, por el contrario, Chloe notó que estaba perdiendo peso. Al intentar conseguir una cita médica otra vez, exigió que le realizaran una radiografía en el tórax para descubrir qué estaba causando su tos continua.
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“Cuando comencé a perder peso en octubre, fue entonces cuando realmente presioné para obtener respuestas porque era notorio para todos los que me rodeaban”, relató.
Otro médico que la atendió descubrió una masa en el pecho de la joven que medía alrededor de 10 cm. El diagnóstico verdadero para septiembre de este año era que tenía linfoma de Hodgkin.
“Había oído hablar de este tipo de cáncer antes porque conocía a alguien que lo había tenido y, afortunadamente, es uno de los cánceres más fáciles de tratar, así que estoy seguro de que me recuperaré por completo”, señaló.
El cáncer que padece Chloe es muy poco común y se ubica en el sistema linfático. Los principales síntomas de esta enfermedad son tos persistente, picazón en la piel, pérdida de peso, sudores nocturnos y fiebre.
“No puedo creer que no se haya investigado más y si no hubiera presionado para la radiografía de tórax, es posible que aún no tenga un diagnóstico”, contó indignada. “Ahora, como me diagnosticaron tan tarde, tendré que hacerme quimioterapia unos días antes de Navidad”.
Chloe aseguró que, si los médicos le hubieran detectado el cáncer más rápido, no necesitaría una quimioterapia tan intensa. Ella empezará los tratamientos de quimioterapia a partir del 20 de diciembre.
“Incluso los médicos decían que era extraño que tuviera tos durante tanto tiempo, pero no lo estaban investigando”, señaló. “Este cáncer podría haber sido detectado tres meses antes y tengo suerte de que sea este tipo de cáncer y no uno que progresa muy rápido”, finalizó.
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