Un juez del Tribunal Supremo de Brasil autorizó este sábado la realización de cultos y misas en todo el país, pese al fuerte agravamiento de la pandemia, que deja una media de 2800 muertes por día.
Kassio Nunes Marques, uno de los once magistrados de la máxima corte del país, consideró que los estados y municipios no pueden prohibir totalmente la celebración de misas y cultos al considerar que la “actividad religiosa” es un servicio “esencial”.
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“Reconozco que el momento es de cautela, ante el contexto pandémico que vivimos. Aún así, justamente por vivir momentos tan difíciles, es necesario reconocer lo esencial de la actividad religiosa, responsable, entre otras funciones, por acoger y ofrecer conforte espiritual”, resaltó Nunes en su decisión.
El magistrado recordó que el 80 % de los brasileños se declara cristiano, según un censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística divulgado en 2010, y resaltó que la Semana Santa “representa un momento de singular importancia para la celebración de sus creencias”.
Nunes determinó que sean adoptadas medidas de distanciamiento social durante las celebraciones, así como la obligatoriedad del uso de máscaras en iglesias y templos.
Las ceremonias habían sido suspendidas en diversos estados y municipios del país por los gobernadores y alcaldes, quienes según el Tribunal Supremo tienen la potestad para adoptar las medidas en el combate a la pandemia.
La determinación de los gobernadores, sin embargo, fue recurrida por la Asociación Nacional de Juristas Evangélicos (Anajure) y aceptada por Nunes, que consideró que la prohibición hiere el “derecho fundamental a la libertad religiosa”.
Dichas medidas han sido criticadas en numerosas ocasiones por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los líderes más negacionistas sobre la gravedad de la pandemia y quien defiende el fin de las restricciones de movilidad para mantener a flote la economía del país.
La decisión del magistrado del Supremo se produce en momentos en los que Brasil vive la peor fase de la pandemia, tras haber registrado en marzo el mayor número de muertes por COVID-19 desde el comienzo de la crisis sanitaria.
El gigante latinoamericano superó este sábado las 330.000 muertes por COVID-19 tras contabilizar 1987 decesos en las últimas 24 horas, periodo en el que fueron detectados 43.515 casos de la enfermedad, informó el Gobierno.
Con información de EFE