Chile anunció este martes la firma de un acuerdo con el laboratorio chino CanSino para importar entre mayo y junio más de 1,8 millones de vacunas contra el coronavirus, en momentos en que el país atraviesa las peores horas de la pandemia, con los hospitales al borde del colapso.
“Esperamos que prontamente esta vacuna de CanSino sea aprobada por el Instituto de Salud Pública para fortalecer y acelerar nuestro programa de vacunación masivo y llegar más rápidamente a las generaciones más jóvenes”, dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera.
De ser aprobada, la vacuna Ad5-nCoV se uniría a las tres que ya han recibido la luz verde de las autoridades farmacológicas de Chile: la elaborada por el conglomerado estadounidense-alemán Pfizer/BioNTech, la del laboratorio chino Sinovac y la británica de AstraZeneca.
A diferencia de otras vacunas, esta requiere una sola dosis y una refrigeración de entre 2 y 8 grados centígrados durante un máximo de tres meses, “lo que facilita el proceso de distribución logística”, aseguró Piñera.
La vacuna, que es de vector viral y cuya metodología se basa en la usada contra el ébola, ha sido autorizada ya en China, Pakistán, Hungría y México.
De acuerdo con los primeros resultados, tiene una efectividad del 65,7 % en los casos sintomáticos y del 90,9 % en los graves, explicó el mandatario conservador.
“Al día de hoy en Chile hemos recibido más de 13,2 millones de vacunas y tenemos acuerdos y contratos por más de 35 millones de vacunas para este año 2021, lo que nos va a permitir vacunar a toda la población objetivo”, aseguró Piñera.
Del total de las vacunas recibidas en Chile, casi 12 millones son del laboratorio Sinovac y el resto de Pfizer/BioNtech porque aún no han llegado dosis de AstraZeneca.
Con casi 6,5 millones de personas que han recibido al menos una dosis (3,3 millones con las dos inyecciones), Chile es el tercer país del mundo con mayor porcentaje de población vacunada (41,9 %), por detrás de Israel y Emiratos Árabes.
El trepidante ritmo de vacunación transcurre, sin embargo, en paralelo a un agravamiento de la segunda ola, que tiene los hospitales al borde del colapso sanitario y a más del 80 % de la población en estricta cuarentena domiciliaria, entre ellos los cerca de 8 millones de capitalinos.
“Sabemos que todos estamos cansados, pero no es el momento de bajar la guardia, hagamos un último esfuerzo”, pidió Piñera, quien agregó que los primeros efectos de la vacunación se notarán a mediados de abril y la inmunidad de rebaño se alcanzará a finales de junio.
Desde el inicio de la pandemia hace un año, Chile ha registrado 989.492 infectados y 23.107 muertos, a los que habría que añadir casi 8.000 fallecidos que son sospechosos de haber muerto por covid-19 pero no cuentan con la confirmación de un PCR.
Fuente: EFE