Considerando que más de 30 millones de estadounidenses se han infectado de COVID-19, se evidencia que los efectos persistentes de esta enfermedad impactarían durante muchos años e incluso décadas. (Foto: AFP)
Considerando que más de 30 millones de estadounidenses se han infectado de COVID-19, se evidencia que los efectos persistentes de esta enfermedad impactarían durante muchos años e incluso décadas. (Foto: AFP)

Una investigación reveló que 22 personas de cada 1.000 que padecieron podrían ser propensos a morir seis meses después de ser dados de alta en comparación con 14 de cada 1.000 que no tuvieron la infección. Los expertos quienes publicaron el estudio en la revista Nature advirtieron al sistema de salud en.

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“Los resultados proporcionan una hoja de ruta para informar la planificación del sistema de salud y el desarrollo de estrategias de atención multidisciplinaria para reducir la pérdida de salud crónica entre los recuperados de COVID-19”, escribieron en el los investigadores Ziyad Al-Aly, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, Yan Xie y Benjamin Bowe.

Para el estudio analizaron los datos de la Administración de Veteranos de los Estados Unidos. Haciendo seguimiento de 73.435 pacientes que se contagiaron y que no fueron internados e incluyeron a 4.990.835 personas como controles.

Además, consideraron 13.654 pacientes que sí fueron hospitalizados por COVID-19 y los compararon con 13.997 pacientes que tuvieron gripe y que fueron internados.

Según el trabajo, los pacientes recuperados de coronavirus tienen un riesgo de muerte casi un 60% mayor hasta seis meses después de la infección en comparación con las personas no infectadas. Esto equivale a unas ocho muertes adicionales por cada 1.000 pacientes en seis meses.

“Nuestro estudio demuestra que hasta seis meses después del diagnóstico, el riesgo de muerte tras un caso, incluso leve, de COVID-19 no es trivial y aumenta con la gravedad de la enfermedad”, remarcó el investigador principal, Al-Aly.

Los síntomas van desde manifestaciones físicas como palpitaciones, dolor de pecho, fatiga, hasta psicológicas como depresión o dificultad para concentrarse.  (Foto: AFP)
Los síntomas van desde manifestaciones físicas como palpitaciones, dolor de pecho, fatiga, hasta psicológicas como depresión o dificultad para concentrarse. (Foto: AFP)

Considerando que más de 30 millones de estadounidenses se han infectado de COVID-19, se evidencia que los efectos persistentes de esta enfermedad impactarían durante muchos años e incluso décadas, alertó el investigador e hizo un llamado de atención para el personal de la salud:

“Deben estar atentos a la hora de evaluar a las personas que han tenido COVID-19. Estos pacientes necesitarán una atención integrada y multidisciplinar”.

Además, el estudio comprende un análisis no solo de las complicaciones neurológicas o cardiovasculares, sino que “se usó la base de datos de la Administración de Salud de los Veteranos (VHA) para catalogar exhaustivamente todas las enfermedades que pueden atribuirse al COVID-19″, dijo Al-Aly.

Secuelas covid

Los síntomas van desde manifestaciones físicas como palpitaciones, dolor de pecho, fatiga, hasta psicológicas como depresión o dificultad para concentrarse.

“Hoy le recomendamos a todos los que han padecido el COVID-19, que más allá de la gravedad de los síntomas, se hagan un control médico entre las dos a tres semanas del alta, para evaluar si hay alguna lesión residual en el organismo”, expresó a Infobae el doctor Mario Boskis, médico cardiólogo y director del Grupo Cardiológico Boskis.

Se pueden presentar enfermedades coronarias agudas, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares. (Foto: Minsa)
Se pueden presentar enfermedades coronarias agudas, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares. (Foto: Minsa)

Asimismo, hay estudios que evidencian que después del coronavirus se puede tener dificultad para respirar, taque cerebral, dolores de cabeza, problemas de memoria y problemas con los sentidos del gusto y del olfato.

Por otro lado, también se pueden presentar enfermedades coronarias agudas, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares. Mientras que, algunos pacientes recuperados padecen estreñimiento, diarrea y reflujo ácido. Malestar, fatiga y anemia también pueden ser secuelas.

A nivel mundial, “se sabe que aquellos que tienen más chances de padecerla son quienes tienen formas graves de COVID, en los que el proceso inflamatorio es mayor”, explica a Infobae el médico cardiólogo Juan Pablo Costabel, del Instituto Cardiovascular.

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