El mundo trata de encontrar una luz al final del túnel y la ciencia ha jugado un papel determinante desde que notificara la enfermedad en diciembre de 2019. Por tal motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene revisando las vacunas contra el coronavirus desarrolladas por los principales laboratorios del planeta, que previamente solicitaron una aprobación para el uso de emergencia.
La organización ya ha dado su visto bueno al fármaco de Moderna, al de Pfizer/BioNTech, a las dos vacunas AstraZeneca fabricadas en India y Corea del Sur (la OMS las considera como homologaciones aparte, incluso si el producto es idéntico), a la Sinopharm (Beijng - China) y al de Johnson & Johnson, denominado Janssen.
El organismo emite estas autorizaciones de uso de emergencia principalmente como guía para países sin organismos reguladores capaces de emitir estas decisiones, entre ellos muchas economías en desarrollo.
Las discusiones para homologar una segunda vacuna china, la Sinovac, siguen su curso. Otra vacuna Sinopharm (fabricada en este caso en Wuhan) también está siendo estudiada para su homologación por la OMS.
Por otro lado, la vacuna rusa Sputnik V, del laboratorio Gamaleya, también es tomada en consideración para un posible listado, aunque se encuentra en fases anteriores del proceso de homologación por parte de la OMS, a la espera de tener más datos para tomar la decisión de incluirla.
Según “The New York Times”, la vacuna con mayor distribución a nivel mundial es la de AstraZeneca, ya que ha sido requerida por más de 130 países. Le siguen Pfizer (92 países), Moderna (42 países) y Sinopharm - Beijing (38 países).
La inclusión de vacunas en la lista de la OMS es importante también porque las autorizadas por el organismo internacional pueden entonces formar parte del programa COVAX Facility de distribución de dosis a países en desarrollo.
El programa anunció el pasado lunes un acuerdo con Moderna para adquirir 500 millones de dosis de su vacuna contra el coronavirus.
La vacuna desarrollada por Moderna, una empresa emergente pionera en vacunas contra el SARS-Cov-2, tiene unas características parecidas a la desarrollada por Pfizer-BioNTech, con un 94,1% de eficacia. Esa vacuna estadounidense ha sido autorizada en la Unión Europea, en Estados Unidos, el Reino Unido, Israel y Singapur, entre otros países.
Con información de AFP y EFE.