La administración de plasma de convalecientes a pacientes con COVID-19 en las primeras 72 horas de la enfermedad reduce a la mitad el riesgo de cuadros críticos, concluyó un estudio liderado por el infectólogo argentino Fernando Polack y publicado por la revista The New England Journal of Medicine.
“Es una alternativa si un mayor de 65 años se infecta. Pero es como el seguro de salud, hay que tenerlo cuando uno está sano porque no hay tiempo para esperar a ver qué pasa: si estás mal el plasma no sirve”, resumió Polack.
El estudio recién publicado en la revista científica aborda los resultados del suministro temprano de plasma con alto contenido de anticuerpos para prevenir las formas severas de COVID-19 en adultos mayores.
Según los resultados, “el estudio dice que en todos los pacientes la incidencia de la enfermedad grave bajó a la mitad”, indicó.
“Tenemos claro que el plasma sirve en los primeros tres días de enfermedad es decir que tenés (un plazo de) 72 horas de síntomas para recibirlo”, indicó el científico este jueves a Radio Con Vos.
Polack explicó que los resultados dependen de la cantidad de anticuerpos presentes en el plasma.
“Los mejores proveedores son los pacientes que fueron hospitalizados porque tienen más anticuerpos, y la gente que fue vacunada”, señaló al definir a estos últimos como “potenciales donantes privilegiados”.
“En una sociedad desamparada frente al coronavirus estar vacunado es estar protegido y además tener la posibilidad de donar plasma, que significa seis tratamientos para seis ancianos por cada persona que dona dos veces en un mes”, dijo.
Polack lideró el equipo de científicos de la Fundación Infant, creada por él en 2003 para el estudio de enfermedades respiratorias infantiles, que realizó el estudio en colaboración con hospitales públicos e instituciones privadas entre junio y octubre de 2020.
El estudio involucró a 200 donantes de plasma y 120 pacientes voluntarios, la mitad tratado con placebo, así como a más de 200 profesionales de la salud.
Sin embargo, Argentina no cuenta por ahora con la capacidad de aplicar este tratamiento en su sistema de salud.
“Hoy no hay, es algo en construcción dentro del sistema público y privado. Hay que generar un arsenal (de plasma) que será un puente hasta que haya vacuna para la mayor parte de la población”, explicó Polack.
Cuando eso ocurra, “nada de esto va a tener importancia. Hay plasma para sarampión, varicela, hepatitis, nadie escucha eso porque hay vacuna”.
Argentina comenzó el 29 de diciembre su campaña de vacunación contra el COVID-19 , con la rusa Sputnik V. También aprobó la de Pfizer-BioNTech y la de AstraZeneca/Oxford.
Hasta ahora, el país sudamericano suma 1,67 millones de contagios y casi 44.000 muertos por COVID-19.
Fuente: AFP