El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido este martes retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo para fomentar la liberación de un número “significativo” de presos politicos, una decisión aplaudida por La Habana.
“Se ha completado una evaluación, y no tenemos información que respalde la designación de Cuba como patrocinador estatal del terrorismo”, afirmó un alto cargo estadounidense que pidió el anonimato durante una rueda de prensa telemática.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, afirmó que Washington actúa “en la dirección correcta”, pero se quejó de que “el bloqueo permanece”.
Es “un gesto de buena voluntad con el fin de facilitar la liberación de las personas injustamente detenidas” en Cuba, dijo el funcionario estadounidense.
Biden envió el martes por la tarde un informe al Congreso sobre “la propuesta de revocación de la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”, informó la Casa Blanca.
Washington afirma haberse coordinado “con una serie de actores, incluida la iglesia católica”.
Se trata de crear “un entorno” que favorezca “la liberación de los defensores de los derechos humanos”, incluidas las personas “detenidas durante las protestas de julio de 2021″, explicó la fuente.
“Creemos que el número de personas que serán liberadas, será significativo”, afirmó.
El alto cargo no quiso entrar en detalles pero dijo que la liberación “tendría lugar en un plazo relativamente corto”. Algunos presos serán liberados “antes de que termine la administración de Biden el 20 de enero”, precisó.
La decisión tomada por el presidente demócrata, cuando le queda menos de una semana en el cargo, puede ser revertida por el gobierno del republicano Donald Trump.
Como futuro jefe de la diplomacia, el magnate ha elegido a Marco Rubio, un hijo de inmigrantes cubanos muy crítico con el gobierno castrista de Cuba.
A la pregunta de si los demócratas se han coordinado con la administración entrante, el alto cargo afirmó que han estado “en comunicación regularmente sobre una variedad de temas, y este es uno de los asuntos” tratados.
Durante más de seis décadas, Washington ha impuesto a Cuba un embargo comercial que Trump endureció durante su primer mandato (2017-2021) al volver a incluir a la isla en su lista negra de patrocinadores del terrorismo, una medida que obstaculiza las transacciones y las inversiones porque las empresas se exponen a sanciones estadounidenses.
A su llegada a la Casa Blanca, Biden prometió revisar la política hacia Cuba, pero cambió de parecer tras las manifestaciones antigubernamentales de julio de ese mismo año en la isla, que se saldaron con un muerto y decenas de heridos, y tras las cuales cientos de manifestantes siguen encarcelados.