Se dice que Freddie Mercury, vocalista de Queen, y la princesa Diana eran buenos amigos; tenían mucho en común ya que ambos fueron rebeldes, y querían tener la libertad de ser como eran, sin cánones establecidos.
Seguramente en algún momento llegaron a ser confidentes, como lo demostraron en una icónica noche donde Spencer se disfrazó para ir a un bar con el legendario cantante británico, asegura Hola.
De hecho, Rami Malek, quien interpretó a Freddie Mercury en su biopic, dio a conocer la historia durante una entrevista; y Cleo Rocos, una actriz brasileña muy reconocida en Reino Unido, confirmó la versión del actor.
¿Cómo se conocieron?
Diana conoció Freddie Mercury a través del presentador Kenny Everett, con quien ambos tenían una amistad. Una noche Everett los presentó y al poco tiempo ya se frecuentaban en reuniones y comidas.
“Siempre había una gran emoción y ansiedad al recibir una invitación para un alegre almuerzo con la Princesa Diana. Ella era una gran fan del Kenny Everett Show y nos conocíamos hace años. Tenía un encantador y alegre sentido del humor”, reveló Rocos en su libro ‘The Power of the positive drinking’.
La actriz cuenta que, durante una ocasión, se reunió para almorzar junto a Diana y Everett. Luego de unas cuantas risas, fueron al penthouse de Kenny para ver la sitcom estadounidense The Golden Girls.
Aquella noche, Kenny y Cleo habían hecho planes para juntarse con Freddie, quien ya era conocido mundialmente. Al llegar, todos estaban viendo la tele y personificando a los personajes con disfraces.
De acuerdo con la versión de la actriz, Diana preguntó cuáles eran los planes de ese trio para la noche, a lo que el cantante de ‘We are the champions’ respondió que irían a un bar gay llamado Vauxhall Tavern. La princesa pidió ir con ellos.
Para evitar ser captados por los paparazzis, decidieron disfrazar a Spencer y la vistieron con una chaqueta militar de camuflaje, el cabello recogido con una gorra y lentes oscuros de aviador.
Todos lograron llegar al bar sin que reconocieran a la princesa, quien se pidió un vino blanco y una cerveza y se quedó riendo con Freddie.
“Una vez que se completó la aventura, todos nos miramos el uno al otro, unidos en nuestra búsqueda triunfante. ¡Lo hicimos! Nunca fue tan emocionante y divertido ir a un bar”, relata la brasilera.
Después de pasar un buen rato en el local, los cuatro salieron para pedir un taxi que los llevara al Palacio de Kensington para dejar a Diana. Al día siguiente, la princesa devolvió la ropa con una nota escrita a mano que decía: “Debemos repetirlo”.