El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda a sus seguidores junto a su esposa Gabriela Rodríguez después de prestar juramento en el Palacio Nacional en el centro de San Salvador el 1 de junio de 2024. (Foto de Marvin Recinos / AFP)
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda a sus seguidores junto a su esposa Gabriela Rodríguez después de prestar juramento en el Palacio Nacional en el centro de San Salvador el 1 de junio de 2024. (Foto de Marvin Recinos / AFP)

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inició un segundo mandato este sábado con un poder casi absoluto y sin oposición, pero confrontado al desafío de mantener la seguridad en el país y lograr la prosperidad económica que prometió.

Ataviado con un traje de cuello y puños dorados, Bukele, de 42 años, juró a mano alzada y recibió la banda presidencial de parte del jefe parlamentario Ernesto Castro, ante dignatarios internacionales en el Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador.

“¡Bukele, Bukele!”, gritaron, entre disparos de salva, miles de simpatizantes que colmaban la plaza frente al palacio, bajo un intenso sol. Poco después comenzó un desfile militar, con aviones que dejaban una estela azul y blanco, colores de la bandera salvadoreña.

Este expublicista de ascendencia palestina emprende otro mandato de cinco años tras pulverizar a la oposición con un 85% de votos en las elecciones de febrero, donde ganó casi la totalidad del Congreso (54 de 60 escaños).

Asiduo en las redes sociales donde se ríe de quienes le llaman “dictador”, tiene a su favor el resto de poderes estatales, incluidos magistrados, que le permitieron buscar la reelección pese a estar prohibida en la Constitución.

“Le critican que es autoritario, que no respeta derechos humanos, que no da cuenta del dinero que usa, que es dictador (...) Nos ha devuelto la seguridad y ya eso es mucho. Por mí, que gobierne hasta donde pueda”, dijo a la AFP en la plaza Miguel Herrera, entrenador deportivo jubilado, de 68 años.

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