El histórico narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero, entre los diez más buscados por Estados Unidos, acusado por la muerte del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, fue capturado en México, informó el viernes la Marina.
Caro Quintero, de 69 años y uno de los líderes del extinto cártel de Guadalajara, fue detenido por marinos en la localidad de Choix del estado de Sinaloa, en el noroeste del país, dijo la dependencia en un comunicado.
La Marina agregó que el capo fue detenido con fines de extradición. Tras su captura, Caro Quintero fue trasladado al Penal del Altiplano, en el central estado de México, para posteriormente tener su audiencia frente al juez.
La recompensa por el narcotraficante asciende a 20 millones de dólares. Es la más alta que la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) ofrece por un criminal mexicano, superando a capos en actividad como Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del cártel Jalisco Nueva Generación (10 millones).
Este sábado, la DEA dijo en un mensaje publicado en su sitio en internet que su equipo desplegado en México colaboró con la Marina para detener a Caro Quintero.
“Nuestro increíble equipo en México trabajó en conjunto con las autoridades mexicanas para capturar y arrestar a Rafael Caro Quintero”, dijo la jefa de la DEA, Anne Milgram, en un comunicado. “El arresto es el resultado de sangre, sudor y lágrimas”.
El capo había sido capturado en 1985 por ordenar el asesinato de Camarena y condenado a 40 años de prisión, los cuales cumplía en una cárcel mexicana, pero fue liberado en agosto de 2013 por un tecnicismo legal.
Tras su liberación, el gobierno de Estados Unidos demandó su captura con fines de extradición, bajo cargos de secuestro y asesinato de un agente federal, crímenes violentos, posesión y distribución de cocaína y marihuana, entre otros.
El viernes, el Departamento de Justicia de ese país se congratuló por la detención y dijo que buscaría “su extradición inmediata”.
“El arresto de hoy es la culminación del trabajo de la DEA y sus socios mexicanos para llevar a Caro Quintero ante la justicia por sus crímenes”, dijo el departamento en un comunicado.
Helicóptero accidentado
El viernes por la tarde, 14 personas fallecieron luego de que un helicóptero de la Marina se desplomara en Los Mochis, Sinaloa, casi al mismo tiempo que se reportaba la detención del capo.
La Marina señaló en un comunicado que la aeronave se desplomó mientras realizaba actividades operativas, aunque no especificó cuáles. Añadió que hasta ese momento el accidente no estaba relacionado con la captura.
Sin embargo, por la noche el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en Twitter que la aeronave transportaba personal que había cumplido “la misión de respaldar a quienes ejecutaron la orden de aprehensión contra Caro Quintero”.
“Me ha informado el secretario de Marina, José Rafael Ojeda, que se ordenará una investigación para conocer las causas del desplome del helicóptero”, dijo.
Caso Camarena
En 1984, las autoridades mexicanas incautaron una plantación de marihuana de 2.500 acres perteneciente a Caro Quintero.
El cártel de Guadalajara culpó a Camarena por el decomiso, según el Departamento de Justicia estadounidense.
Un año después, Camarena fue torturado y asesinado luego de llevar cuatro años infiltrado en el cártel.
En una entrevista concedida al semanario Proceso en 2016, mientras estaba prófugo, Caro Quintero negó haber ordenado el asesinato Camarena.
“Nunca había hablado de este caso, es la primera vez (...). No lo secuestré, no lo torturé y no lo maté”, dijo.
En ese momento, el capo dijo también que tras varios años en el narcotráfico solo quería “vivir en paz”: “Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí”.
Caro Quintero nació en 1952 en Badiraguato, en el estado de Sinaloa, cuna de otros capos del narcotráfico como Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien actualmente cumple cadena perpetua en Estados Unidos.
Durante la década de 1970 fundó el Cártel de Guadalajara junto con los capos Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carillo.
Félix Gallardo, de 76 años, está en la cárcel desde 1989, mientras que Ernesto Fonseca, de 91 años, está en prisión domiciliaria por su edad y problemas de salud.
Fuente: AFP