El senador opositor centrista Rodrigo Paz Pereira ganó la segunda vuelta, y será el nuevo presidente de Bolivia, con el 54,57% de los votos, según la información preliminar difundida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con poco más del 97% de actas procesadas.
Paz obtuvo ese porcentaje frente a un 45,43% del exmandatario conservador Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), según los datos del Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (Sirepre) ofrecidos anoche por el TSE.
El presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, afirmó que la tendencia “parece irreversible”, anticipando así el triunfo de Paz en los comicios.
También informó que el nivel de participación ciudadana en la segunda vuelta estuvo entre el 85 y 89%, un dato que se confirmará “una vez que se concluya el cómputo oficial”.
PERFIL
El virtual nuevo mandatario altiplánico es economista de 58 años, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) y su mandato pondrá fin a 20 años de gobiernos socialistas; además, deberá sacar a Bolivia de su peor crisis económica en cuatro décadas.
Nació en Santiago de Compostela, España, en 1967 y vivió su niñez en varios países debido a que sus padres fueron perseguidos durante los gobiernos militares bolivianos.
Durante su campaña electoral planteó gobernar bajo tres pilares. Primero, descentralizar el Estado para una mejor distribución del presupuesto.
Segundo, impulsar un capitalismo para todos, un panorama en el que se den créditos accesibles y estímulos tributarios que fortalezcan la economía. Por último, implementar una reforma judicial y medidas anticorrupción.
Asimismo, planteó frenar la inflación con dinero que, según dice, sí hay en Bolivia.
“O sea platita hay, el problema es cuando alguien quiere traer platita de afuera sin ordenar la casa”, dijo en su campaña.
SIN MAYORÍA
El ganador de las elecciones en Bolivia gobernará sin mayoría parlamentaria.
El cómputo nacional de la primera vuelta, realizada en agosto, presentado por el TSE, confirma una nueva composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional para el siguiente periodo constitucional.
Las organizaciones políticas que cuentan con mayor representación son el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y la Alianza Libre, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.
De acuerdo con los datos oficiales del TSE, el PDC se constituye en la primera fuerza parlamentaria con 16 senadores, 17 diputados plurinominales, 30 uninominales, cinco representantes supraestatales y 2 diputados por circunscripción especial, alcanzando un total de 70 legisladores.
Por su parte, la Alianza Libre logra consolidarse como la segunda fuerza con 12 senadores, 17 diputados plurinominales, 20 uninominales, 2 representantes ante organismos supraestatales y 2 diputados de circunscripción especial, sumando un total de 53 representantes.
En tercer lugar se encuentra la Alianza Unidad, que obtiene 7 senadores, 15 diputados plurinominales, 11 uninominales y 2 representantes ante organismos supraestatales, con un total de 35 legisladores.
Le sigue Alianza Popular (AP), con 5 diputados plurinominales, 2 uninominales y un diputado de circunscripción especial, haciendo un total de 8 diputados.
Finalmente, APB Súmate obtuvo 5 diputados plurinominales y un senador, en tanto que el MAS-IPSP obtuvo dos diputados plurinominales.
FIN DEL MAS
El ganador tomará juramento como nuevo presidente del país el próximo 8 de noviembre, lo que supondrá también el fin de los 20 años de los gobiernos del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS).
El resultado de la primera vuelta en agosto marcó la peor derrota en la historia del MAS, que perdió la Presidencia y apenas obtuvo dos curules en el Legislativo, reflejo del rechazo incluso entre sus antiguos votantes.
La ausencia del MAS en el balotaje refleja el agotamiento de un proyecto que fue clave en la transformación del país, pero que no supo adaptarse a los nuevos desafíos económicos, sociales y generacionales
Desde la elección de Evo Morales en 2005, el MAS se consolidó como la fuerza política dominante en Bolivia, logrando un control casi total del Ejecutivo y el Legislativo.
SIN INCIDENTES
Tras ocho horas de votación, las más de 34,000 mesas instaladas, según datos del TSE, comenzaron a cerrar a partir de las 16.00 hora local (20.00 GMT) en la inédita segunda vuelta que se realizó ayer para elegir al presidente y vicepresidente del país.
El presidente en funciones del TSE, Óscar Hassenteufel, sostuvo que la jornada avanzó “con absoluta normalidad y, en comparación a la primera vuelta, de manera más armónica y sin incidentes de consideración”.
Llamado. Tras emitir su voto en la segunda vuelta, el presidente de Bolivia, Luis Arce, pidió a los candidatos “que respeten los resultados” e indicó que durante el proceso electoral hubo “sectores que no querían una segunda vuelta”.
Indicó que su Gobierno se ha dedicado al “cuidado” y a “preservar la democracia para cada uno de los bolivianos”, y repitió su pedido a los candidatos “aceptar los resultados que el pueblo dicte”.
Agregó que “ha costado llegar a este punto” debido a intentos de varios sectores, en especial los cercanos al expresidente Evo Morales, que intentaron desde el Legislativo boliviano afectar las elecciones.
PERDEDORES
Morales votó en su bastión político y sindical en el Trópico de Cochabamba y afirmó que ninguno de los candidatos “representa al movimiento popular ni indígena”.
Insistió en que acudió a las urnas “por cumplir con la democracia”, pero aclaró que no votó “por candidatos ni por presidentes”, ya que, según su criterio, ninguno cumple con los requisitos para representar a la población boliviana.
Criticó las propuestas de los dos candidatos para solucionar la crisis económica que atraviesa Bolivia por la escasez de combustibles y la falta de dólares.
Por su lado, el presidente de la Cámara de Senadores y excandidato presidencial, Andrónico Rodríguez, dijo que los bolivianos llegaron a la inédita segunda vuelta con dos candidatos “de la derecha” debido a la “mala gestión” del Gobierno de Luis Arce.
Rodríguez dijo que mediante su postulación se intentó “unificar” el voto de los sectores populares, pero no lo logró.





