Embajador ruso en Bielorrusia, Boris Gryzlov (izq.), viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Andrei Rudenko (segunda izquierda), ayudante presidencial ruso y jefe de la delegación rusa Vladimir Medinsky (segunda derecha), Leonid Slutsky (derecha), presidente de la Duma estatal rusa Comité de Asuntos Internacionales, habla con los medios de comunicación luego de las conversaciones ruso-ucranianas en la región de Brest de Bielorrusia el 7 de marzo de 2022. (Foto de Maxim GUCHEK / BELTA / AFP)
Embajador ruso en Bielorrusia, Boris Gryzlov (izq.), viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Andrei Rudenko (segunda izquierda), ayudante presidencial ruso y jefe de la delegación rusa Vladimir Medinsky (segunda derecha), Leonid Slutsky (derecha), presidente de la Duma estatal rusa Comité de Asuntos Internacionales, habla con los medios de comunicación luego de las conversaciones ruso-ucranianas en la región de Brest de Bielorrusia el 7 de marzo de 2022. (Foto de Maxim GUCHEK / BELTA / AFP)

anunció este lunes alto el fuego locales en varias ciudades a partir de las 07h00 GMT del martes para permitir la evacuación de civiles a través de corredores humanitarios.

“La Federación Rusa anuncia un alto el fuego a partir de las 10h00 horas de Moscú [07h00 GMT] del 8 de marzo” para la evacuación de civiles de Kiev, así como de las ciudades de Sumy, Járkov, Chernigov y Mariúpol, indicó la célula del ministerio de Defensa ruso encargada de las operaciones humanitarias en Ucrania, en un comunicado citado por las agencias de noticias rusas.

En un discurso en televisión con motivo del 8 de marzo, Putin también anunció que no enviará reclutas ni reservistas a luchar en Ucrania y aseguró que la guerra en ese país estaba siendo librada por “profesionales” que cumplen “objetivos establecidos”.

Horas antes del anuncio ruso, Ucrania había destacado algunos “resultados positivos” en relación a los corredores humanitarios, aunque Moscú dijo que no se habían cumplido las “expectativas”.

El ejército ruso ya había anunciado la suspensión temporal de ataques en algunas zonas “con fines humanitarios” y la apertura de corredores humanitarios para evacuar a civiles de Kiev, Járkov, Mariúpol y Sumy.

Pero la mitad de estos corredores se dirigían a Rusia y Bielorrusia y el gobierno ucraniano había rechazado de pleno la propuesta. “No es una opción aceptable”, dijo la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereschuk.

Por su parte, el representante ruso acusó a Ucrania de impedir la evacuación de civiles de zonas de combate y de “usar [a los civiles] directa e indirectamente incluso como escudos humanos, lo que es claramente un crimen de guerra”.

“Corredores seguros”

Sobre el terreno, la situación no deja de agravarse. Al menos 13 personas murieron el lunes en un bombardeo contra una panadería industrial de Makariv, a unos 50 km al oeste de Kiev.

Además, la situación humanitaria se agrava día tras días, con varias ciudades asediadas en las que los víveres comienzan a escasear y de las que la población intenta salir a toda costa.

Para llevar ayuda humanitaria a las zonas de hostilidades, la ONU “necesita corredores seguros”, declaró el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, en el Consejo de Seguridad.

La ofensiva rusa, lanzada el 24 de febrero, llevó a más de 1,7 millones de personas a salir de Ucrania, según la ONU, y muchas más han sido desplazadas dentro del país o están atrapadas en ciudades bombardeadas por Rusia.

Además, la agravación del conflicto también está provocando turbulencias financieras y un aumento vertiginoso del precio del petróleo y del oro.

El presidente ruso, Vladimir Putin, puso como condición preliminar para la resolución del conflicto que Kiev acepte todas las exigencias de Moscú, especialmente la desmilitarización de Ucrania y un estatuto neutral para el país.

El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó el lunes que no creía que se podía negociar una “solución real” entre Moscú y Kiev y que el conflicto seguirá, al menos a corto plazo.

“Todo irá bien”

En Kiev, la capital, los soldados ucranianos se preparaban ante un posible ataque ruso.

“La capital se prepara para defenderse”, dijo el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en la aplicación Telegram. “¡Kiev resistirá! ¡Se defenderá!”, agregó.

La ciudad portuaria de Odesa, a orillas del mar Negro, también está amenazada. Muchas familias dejaron a sus parientes más ancianos, demasiado débiles como para huir de la ciudad, y a sus animales domésticos en el monasterio Archangelo Mijailovsky, constató la AFP.

“Pero desgraciadamente no podremos recibir a todo el mundo, y además tenemos problemas de dinero”, comentó la responsable del monasterio de cúpulas doradas, Madre Serfaim.

En Irpin, una pequeña localidad en las afueras de Kiev parcialmente controlada por las fuerzas rusas, se abrió un corredor humanitario oficioso para que miles de habitantes pudieran huir a través de un puente improvisado y por una carretera custodiada por soldados ucranianos y voluntarios.

Niños, ancianos y familias se apresuraban a meterse en atestados autocares y camionetas, con la esperanza de sobrevivir.

“Estoy feliz de haber conseguido pasar, ahora todo irá bien”, comentó Olga, de 48 años, que fue evacuada con sus dos perros.

Según el ministro de Educación, Sergii Shkarlet, 211 escuelas fueron alcanzadas por los bombardeos.

“Consecuencias catastróficas”

En respuesta a la ofensiva, los países occidentales impusieron sanciones sin precedentes contra empresas, bancos y magnates rusos.

Los dirigentes de Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido “afirmaron su determinación a seguir aumentando los costos para Rusia por la invasión de Ucrania, no provocada e injustificada”, informó el gobierno estadounidense tras una videoconferencia el lunes.

Los aliados occidentales han mantenido un frente unido sobre las sanciones contra Rusia por haber invadido Ucrania, pero el lunes surgieron grietas ante la perspectiva de un embargo a las importaciones de petróleo y gas rusos, una medida a la que se opone Alemania, que depende del combustible ruso.

Un embargo de este tipo tendría “consecuencias catastróficas para el mercado mundial”, reaccionó el vice primer ministro ruso de Energía, Alexander Novak, y dijo que “el aumento del precio podría ser imprevisible y alcanzar más de 300 dólares por barril”.

Sin embargo, el presidente estadounidense, Joe Biden, “no tomó decisión aún” sobre un eventual embargo de gas y petróleo rusos, señaló el lunes su portavoz, Jen Psaki.

La agravación del conflicto y la perspectiva de nuevas sanciones hicieron que los precios del petróleo se dispararan. El barril de Brent del mar del Norte rozó los 140 dólares, casi un récord.

En respuesta a las sanciones internacionales, el gobierno ruso estableció una lista de países “hostiles” a los que los particulares y las empresas podrán reembolsar sus deudas en rublos, una moneda que perdió un 45% de su valor desde enero.

Fuente: AFP

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