La cría de elefante que fue rescatada tras quedar atrapada en una trampa colocada por cazadores furtivos murió este último martes en la isla Sumatra (Indonesia) luego de haberle amputado la mitad de su trompa para rescatarla.
La hembra de un año era uno de los los últimos 700 elefantes silvestres que habitaban en la zona. “Hicimos lo más que pudimos, pero no se le pudo ayudar”, señaló Agus Arianto, jefe de la agencia de conservación de la provincia Aceh. “Su trompa se descomponía y ya no funcionaba”.
Ella fue encontrada muy débil el pasado domingo atrapada en una trampa en Alue Meuraksa, una aldea boscosa en el distrito Aceh Jaya, según funcionarios de conservación.
Arianto señaló que funcionarios de vida silvestre intentaron amputar el lunes la mitad de la trompa en un centro de entrenamiento de elefantes cerca de Banda Aceh, la capital de la provincia. Estaba bajo cuidados, pero no logró sobrevivir.
“Su muerte fue impactante… porque parecía estar bien y activa después de la amputación”, dijo Rika Marwati, una veterinaria en el centro.
“De repente, la tarde del lunes cayó enferma por estrés e infección, y para la mañana del día siguiente fue reportada muerta”, indicó.
Los conservacionistas dicen que la pandemia del COVID-19 ha aumentado la caza furtiva en Sumatra debido a que los aldeanos recurren a ella por motivos económicos.
Según detalla la agencia de noticias AP, el número de elefantes de Sumatra que han muerto como resultado de la caza furtiva y envenenamiento ha alcanzado los 25 en los últimos años solo en el distrito de Aceh Oriental.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) elevó el estado del elefante de Sumatra de amenazado a gravemente amenazado en su Lista Roja, en gran parte debido a una fuerte disminución en la población como lo indica la pérdida del 69% de su posible hábitat en los últimos 25 años, el equivalente a una generación.
Los elefantes de Sumatra son una subespecie del elefante asiático, una de las dos principales especies del paquidermo en el mundo.