Alianza para el Progreso (APP), el partido de César Acuña, es quizás el que mayor poder ostenta en el país. Ha manejado la Presidencia del Congreso en tres ocasiones, si contamos el breve paso de la defenestrada Lady Camones, y es en la práctica, aunque lo nieguen, una bancada oficialista que sirve, o se sirve, a la precariedad del gobierno de Dina Boluarte.
El problema con APP es que ha hecho mal uso de ese poder. Tiene varios legisladores denunciados por ‘mochasueldos’, uno fue expulsado y está preso por violación. Pero quizás la peor situación que enfrenta es la de la presunta red de prostitución en el Parlamento pues sale de la bancada y llegaría a la cúpula del partido.
Las contrataciones irregulares se dieron en la presidencia de Alejandro Soto y si bien el supuesto líder de la presunta red, Jorge Torres Saravia, no milita en el partido, trabajó para el secretario general de APP, Luis Valdez, y era de su confianza. Por eso preocupa la revelación de la jefa de Comunicaciones del Congreso, la excongresista fujimorista y ahora militante apepista, Alejandra Aramayo; sobre que ella no intervino en la publicación del mensaje donde se trataba de minimizar la muerte de Andrea Vidal, otra presunta implicada en esta red que fue asesinada por sicarios, sino que fue Julio Talledo, “un funcionario de confianza de la presidencia”, quien decidió publicar a un documento que no solo es apócrifo sino que también resultó ser falso sobre la muerte de la joven. O la pita se ha roto por el lado más débil o APP está más implicado de lo que ya parece estarlo.