Como en todo régimen marxista leninista, el gobierno de Pedro Castillo sueña con controlar el contenido de los medios de comunicación y evitar las críticas que se dan en toda democracia, especialmente cuando estamos frente a una administración con tantos flancos abiertos como son sus nexos con el terrorismo y su vocación por nombrar a funcionarios incapaces e impresentables, incluso en el propio equipo ministerial.
Para tal fin, el régimen de Perú Libre ha presentado, a través del congresista Abel Reyes, un proyecto de ley que plantea, bajo el argumento de una “justa y equitativa distribución del espacio electromagnético y radioeléctrico”, controlar el quehacer de los medios independientes, tal como suele suceder en toda tiranía comunista como las que imperan en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Como era de esperarse, la iniciativa legislativa ha sido aplaudida por el dueño del partido, Vladimir Cerrón, el principal promotor de que el Perú se convierta en una eterna dictadura chavista.
La advertencia está dada. Acá no se trata de un zarpazo solo contra los medios y los periodistas, sino contra el derecho que tienen los ciudadanos de ser informados de lo que hace el gobierno. Esta norma nos haría retroceder a los nefastos tiempos del general Juan Velasco en que la prensa solo repetía lo que Palacio de Gobierno autorizaba, sin el escrutinio de los medios propio de toda democracia. Mucho cuidado.