El próximo proceso electoral podría dejar a millones de ciudadanos sin representación política. Esto no es una exageración, sino la consecuencia directa de cómo cambió la valla electoral.
En 2006 bastaba el 4% de votos válidos o 5 congresistas. Entre 2011 y 2021, la valla subió al 5% o 7 congresistas. Pero para el 2026 la exigencia es simultánea, se necesita el 5% de votos válidos a nivel nacional “y” 7 diputados o 3 senadores. En las EG 2021 se perdieron 2.3 millones de votos; es decir, votos a candidatos preferenciales o partidos que no obtuvieron representación. Si la valla actual se hubiera aplicado en aquellas elecciones, más de 5.3 millones de votos habrían quedado sin efecto. Esa es la magnitud del problema. El escenario es aún más complejo; por ejemplo, en 2021 participaron 21 partidos; en 2026 lo harán 36 partidos y 3 alianzas; y de acuerdo con el Instituto Aklla Perú, apenas seis partidos podrían pasar la valla. Asimismo, considerando tendencias históricas y en base a la última encuesta electoral de Ipsos, con 30% de votos nulos/blancos y 12% de indecisos, solo cuatro entrarían al Congreso, dejando sin representación a más de un sector ideológico del electorado.
Si no se forman coaliciones tempranas —antes de la primera vuelta, no después— millones de votos quedarán nuevamente fuera del Congreso. Si se quiere tener representación, es necesario que los partidos muestren abnegación y dejen atrás los personalismos.
Evitemos repetir la historia. No comencemos el 2026 al ritmo del “baile de los que sobran”, porque ese compás siempre termina en lo mismo, cinco años más bailando al son de la zozobra.




