Tal como se preveía, el Pleno del Congreso declaró ayer “persona non grata” al presidente de México, Manuel López Obrador, quien sostenidamente ha mentido sobre la situación política de nuestro país e incluso ha dicho que el Gobierno de Dina Boluarte es ilegítimo y usurpador, un discurso agresivo y agraviante.
Ante este panorama, resultó hilarante escuchar a algunos congresistas defender al mandatario con el argumento que tiene derecho expresarse. Justo eran los que impulsan la “ley mordaza”, que coacta la libertad de expresión de los periodistas. Los que abogan por endurecer las penas por difamación deberían ser doblemente severos con quienes insultan y mienten, desacreditando al Perú.
Nuestro país ha sufrido un constante asedio de López Obrador desde que el golpista Pedro Castillo fue vacado por el Congreso. Su injerencia e intervencionismo en los temas internos del Perú son inaceptables y han recibido una respuesta contundente de la mayoría del Legislativo.
El presidente mexicano además está violando las normativas de la ONU y la OEA, que se oponen a la intervención de asuntos internos en otros países. Y ni qué decir de su negativa de entregar al Gobierno peruano la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico.
Por todo esto, ya era momento de ponerle un alto a la actitud irrespetuosa y malcriada de López Obrador. Que lo del Congreso sea el primer paso para neutralizar esa narrativa pérfida y atentatoria contra nuestra soberanía.