Tiene razón el ex vocal supremo e integrante electo de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), Francisco Távara Córdova, al afirmar en entrevista a Correo que el colegiado que termina funciones en enero del 2025 ha tenido una bajísima performance, pues no ha sido capaz ni de acabar con el elevado número de magistrados provisionales.

Sin embargo, más allá de esa situación de por sí patética, y esto ya es una opinión nuestra, en este diario creemos que la JNJ que se va ha fracasado largamente si tenemos en cuenta la calidad de magistrados que existen, empezando por la Junta de Fiscales Supremos que tendría que ser revocada casi en su totalidad, y el triste trabajo que hace el Ministerio Público en la lucha contra la corrupción y el hampa común.

En teoría, la JNJ fue creada para mejorar la calidad de los magistrados y que la gente vuelva a creer en la justicia. No obstante, el colegiado que se va a su casa hizo noticia más por sus intentos tragicómicos de lograr la supervivencia de dos de sus miembros, que por desarrollar una buena labor.

Al nuevo colegiado hay que darle el beneficio de la duda a pesar de las críticas de quienes se sentían a gusto con el mal trabajo de Aldo Vásquez, Inés Tello y compañía, quizá sólo porque su sesgo ideológico era compatible con el suyo.

Es lo que toca, pues ninguna JNJ puede ser peor a la anterior.