Culminando el 2024 podemos decir que el mito de la izquierda latinoamericana se derrumbó. Esta corriente ideológica se fortaleció desde el ascenso de Hugo Chávez en Venezuela, creando un movimiento continental denominado Socialismo del Siglo XXI. Los petrodólares financiaron proyectos como el ALBA, el Foro de Sao Paolo y la UNASUR que impactaron en la política de cada país en Latinoamérica. Desde el resurgimiento de esta izquierda, personajes como Lula, Petro, Humala, Correa, Cristina, Evo y Mujica fueron puestos en un pedestal por medios internacionales.

El tiempo pasó y podemos decir que el mito se derrumbó: Todos los países administrados por socialistas entraron en crisis. Bolivia era presentado como el “milagro socialista andino”, ahora es un proyecto fallido y está hundido en una aguda crisis. Brasil, al mando de Lula, está en una espiral negativa: El real se devalúa diariamente, el déficit fiscal llega a 180% y se acerca a la peor crisis económica de su historia contemporánea. Ni qué hablar de Venezuela que ha vivido el exilio de ocho millones de sus compatriotas.

Después de sufrir el socialismo, dos países cambiaron de rumbo. Argentina, destruida por la hiperinflación y la pobreza, eligió a Milei, quien en 11 meses recuperó la economía que los socialistas destruyeron en 12 años. Y Ecuador eligió al joven Noboa, quien debe sostener un país sin electricidad debido a la falta de inversión hecha por el correísmo. Los datos matan el relato: el modelo socialista fracasó y el mito se hundió. Latinoamérica quiere otro rumbo, quiere libertad y prosperidad.