Es muy comprensible que haya peruanos que salgan a las calles a protestar por la postergación y falta de atención de los sucesivos gobiernos. Pero lo que no se entiende es que al mismo tiempo estas personas pidan la liberación del golpista Pedro Castillo, pues aparte de ser esta pretensión un absurdo jurídico, resulta irónico que gente que reclama obras y gestión, quiera ver nuevamente en Palacio de Gobierno al más inepto de todos los presidentes de nuestra historia.

A quienes quieren que Castillo vuelva al poder, habría que preguntarles qué hizo este sujeto durante el año y medio que pasó en el gobierno. ¿Levantó hospitales? ¿Colegios? ¿Puso en marcha alguna carretera o vía hacia un sector alejado que la necesite? ¿Impulsó políticas públicas a favor de los más pobres? ¿Frenó la delincuencia callejera? ¿Atendió las urgencias vitales de los niños con cáncer? Al contrario, se burló de ellos.

Castillo, al que quieren poner de vuelta en el poder para que solucione problemas históricos del Perú, no hizo absolutamente nada. Fue un completo inepto –además de corrupto–, que para colmo de males se rodeó de ladrones, buenos para nada, comechados y sinvergüenzas más grandes que él. Miren nomás el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que con todos sus millones de presupuesto se convirtió en la guarida principal de la banda a cargo del profesor.

A lo único que se dedicó el hoy presidiario fue a sembrar odio, a dividir a los peruanos de la mano de sujetos como Aníbal Torres y a promover una ideología y un sistema económico y social que no da de comer, no da empleo, no da agua ni desagüe y no brinda atención médica ni educación de calidad. Miremos a los venezolanos que nos rodean y que salen a mendigar o vender caramelos en las esquinas con sus hijos en brazos. Ellos vienen del “socialismo del siglo XXI”.

Las necesidades de millones de peruanos tienen que ser atendidas con responsabilidad, por gente capaz y honesta, no por esa manga de ladrones e incapaces que llegaron al gobierno en julio de 2021 teniendo como única idea clara el levantarse todo lo que estuviese a su alcance. Exijamos un gobierno eficiente y alejado de la corrupción, no el retorno de Castillo o de alguno similar. Eso es dar un nuevo salto al vacío.

Se rodeó de ladrones, buenos para nada, comechados y sinvergüenzas más grandes que él