Leer es el único vicio en el que vale la pena reincidir. “El vicio impune de leer” es la ingeniosa fórmula recordada con simpatía por el fenecido historiador arequipeño Eusebio Quiroz Paz-Soldán, y que el siempre bien recordado historiador tacneño Jorge Basadre Grohmann tomaría del poeta francés Valery Larbaud (1881-1957), para popularizar entre nosotros esta célebre expresión. Invitado por la Federación de Estudiantes del Instituto Pedagógico, Basadre dictó en 1929 una conferencia sobre la importancia de la lectura. En esa conferencia, Basadre aclara la frase de Larbaud: “Vicio es distinto que delito. Delito es lo que no se debe hacer de ningún modo. Vicio es lo que se exagera y acentúa”. La última Encuesta Nacional de Lectura (2022) del Ministerio de Cultura, revela que el hábito lector en el Perú es bajo y -sospechando maliciosamente- creemos que en la actualidad se encuentra igual. Nuestro propósito es estimular a las juventudes a leer con pasión, pero no para ensanchar el orgullo personal -como en la fábula de La Fontaine, de aquella rana que quería imitar la contextura del buey, y se hinchó tanto que reventó-. Eso no. No leer para abrumar al interlocutor con conceptos teñidos de supuesta alta cultura, ni para humillar al prójimo con saberes ocultos. Mucho menos para volverse un Narciso de la lectura. Debemos leer para contribuir benéficamente con nuestros conocimientos en la organización de la comunidad. Y como decía sor Juana Inés de la Cruz -en su Respuesta a sor Filotea de la Cruz- “yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar, sino sólo para ver si con estudiar ignoro menos”. En fin, ¡a leer y estudiar que debemos reconstruir el Perú!