La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es un proceso de buenas intenciones de las partes, ni mucho menos un intercambio de dádivas o regalos, peor aun si éstas provienen a pedido de funcionarios del Estado, en todos sus niveles.

De acuerdo con el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, la RSE es “el compromiso continuo de las empresas para comportarse éticamente y contribuir al desarrollo económico, mejorando la calidad de vida de la sociedad en general”.

Son muchas las empresas y gremios que han desarrollado RSE en el Perú. Por ejemplo, la Asociación Empresarios por la Educación es una iniciativa que busca promover el desarrollo de la educación básica con calidad y el acceso de la población menos favorecida al conocimiento, contribuyendo a la formación de los niños y jóvenes. En sus doce años de funcionamiento, ha favorecido a casi dos millones de estudiantes de colegios públicos de más de 11 mil instituciones educativas de las 24 regiones del país.

La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) presentó en junio pasado, la plataforma digital “Com-Unidad” que sistematiza los diversos proyectos de responsabilidad social y ambiental ejecutados por las empresas del sector minero energético junto al Estado y a sus comunidades vecinas con la finalidad de apoyar al desarrollo sostenido del país.

La Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú – AGAP ha sistematizado en su portal web los diferentes proyectos de responsabilidad social de las empresas del sector agroexportador en los ámbitos de educación, salud, medio ambiente, atención humanitaria, y en materia laboral. Por su parte, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) presentó el primer reporte de sostenibilidad de la industria peruana de harina y aceite de pescado convirtiéndose en el único de su categoría a nivel mundial, el cual integra los indicadores del Global Reporting Initiative (GRI).

Desde el sector empresarial los ejemplos se cuentan por cientos. Sin embargo, es imprescindible recordar que la RSE también se define como el proceso donde la empresa se compromete y cumple acciones que favorecen al bien social, más allá de los intereses de la empresa y -por sobre todo- en cumplimiento de la ley y la ética.

Un proceso de responsabilidad social serio, transparente y ético no se acuerda de manera improvisada. Un verdadero proceso de RSE pasa por acuerdos formales, con planes y acciones técnicamente desarrollados. Ningún funcionario del Estado Peruano puede ni debe invocar la responsabilidad social de las empresas para pedir dádivas, regalos o favores carentes de legalidad e integridad.