El 6 de octubre juró el segundo gabinete ministerial del gobierno de Pedro Castillo presidido por Mirtha Vásquez, con lo que amplía la participación de mujeres de 2 a 5 y cambia de ministro de Trabajo. De esta forma evitó el debate de la moción de censura.

El presidente Castillo, con amplia experiencia sindical y casi nula de gobierno, busca salir del cerco tendido por la derecha más conservadora, que pretende evitar una gestión de gobierno que avance en construir legitimidad social y política, para desarrollar los cambios de fondo que el país necesita, incluyendo reformas constitucionales.

El gabinete presidido por Guido Bellido fue útil al gobierno de Pedro Castillo. Su firmeza y dureza lo dotó de la fuerza necesaria para salvar las trabas de la mayoría parlamentaria, y ganó tiempo y espacio para las primeras acciones de gobierno en favor de aquella mayoría que lo colocó en Palacio de Gobierno.

Ha colocado en debate la necesidad de renegociar los contratos petroleros totalmente lesivos al interés nacional, ya que se valorizan alrededor de un octavo de los precios internacionales; así como la necesidad de la modernización del agro con la llamada segunda reforma agraria. Soberanía nacional y atención a las mayorías excluidas son sus primeras acciones.

Su visita a las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos despertó las simpatías de líderes de otros países, cuando planteó la necesidad de superar las profundas desigualdades sociales y la corrupción que campea en nuestra sociedad, así como la necesidad de modificar la composición tributaria.

Para hacer una buena gestión se necesita claridad de objetivos, pero, sobre todo, la voluntad política para hacer bien las cosas, trabajar en equipo, dialogar y ser democrático. El gabinete presidido por Mirtha Vásquez enfrenta grandes retos. Esperamos que esté a la altura de los mismos.

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