El ganador de las elecciones llevadas a cabo en Venezuela el 28 de julio último, Edmundo González Urrutia, ha llegado a España en calidad de asilado luego que la dictadura chavista que se robó los resultados de los comicios dispusiera una orden de arresto absolutamente arbitraria, lo que demuestra que Nicolás Maduro y compañía, más allá de las repercusiones internacionales, está dispuesto a todo con tal de mantenerse en el poder usurpado.
Qué dirán los falsos demócratas de la izquierda que siguen afirmando que en Venezuela hay democracia. ¿Dónde se ha visto que un opositor que ganó una elección tenga que salir del país antes de ir a parar a un calabozo simplemente porque el perdedor no está dispuesta a irse? Esto es una vergüenza mundial, una marca más para el chavismo ladrón y asesino.Lástima que esta situación suceda mientras en el Perú tenemos un canciller como Elmer Schialer, que anda jugando a los enredos verbales junto con el premier Gustavo Adrianzén antes de condenar con todas sus letras al fraude electoral y los crímenes del chavismo. Al menos la presidenta Dina Boluarte lo ha hecho, aunque de manera tibia. Se esperaba mayor contundencia de parte de la mandataria.
Los demócratas del mundo, pero los de verdad, no los chavistas directos, asolapados y tibios, deben apoyar a González Urrutia y a María Corina Machado, quienes están dando la batalla contra una dictadura inmunda como la que algún día nos quisieron implantar en el Perú por la vía de las urnas, para luego no dejar el poder.