El portugués Antonio Guterres (30.04.1949), que ejerciera hasta el 2015 por una década (2005-2015), el cargo de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR, y que el año 2021 fuera reelegido como secretario general de la ONU para un nuevo quinquenio, una práctica en el máximo foro político del planeta de conceder dos períodos de gestión a tan importante funcionario mundial, salvo el caso del egipcio Butros Butros-Ghali (1992-1996), en su momento vetado por EE.UU., que lo imputó querer imponer una ONU todopoderosa, acaba de viajar a Rusia y a Ucrania con el propósito de detener la guerra pues la ONU, conforme la Carta de San Francisco, está dedicada a mantener la paz en el globo.

Convendría, entonces, precisar que el secretario general de la ONU, lejos de lo que muchos puedan imaginar, no es la máxima autoridad de la organización, que corresponde al presidente de la Asamblea General, cargo que ocupó el eminente diplomático peruano, Víctor Andrés Belaunde (1959-1960).

El secretario general es, en cambio, el más alto funcionario administrativo de la ONU, lo que es distinto a definirse por autoridad, dada la estructura horizontal de la ONU; sin embargo, cuando no sesiona la Asamblea General, cobra vida la actuación internacional del secretario general, como ahora, convirtiéndose en la máxima figura visible de la ONU, esto es, el primer agente diplomático del mundo, pues materializa la representación de la organización por su enorme protagonismo planetario.

El secretario general no ocupa el lugar preeminente que, en cambio, sí corresponde al presidente de la Asamblea cuando sesiona el pleno de la organización. Su función es stricto sensu, administrativa, pero qué duda cabe, de gran connotación mundial.

Lo elige la propia Asamblea General por recomendación del Consejo de Seguridad, y debe contar, luego de varias votaciones informales y una formal, con la unanimidad de sus miembros permanentes, lo que significa que, bastará el veto u oposición de uno de ellos (Ch., EU., Fr., RU. o Rus), para quedar frustrada la candidatura.

Es el noveno que cuenta la ONU desde su creación -el peruano más universal, Javier Pérez de Cuéllar, fue el quinto-, al final de la SGM. El peso de Guterres -como lo tuvo JPC-, dependerá de él mismo. Veremos cómo le va en la guerra R-U.

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