A manera de ejercicio les propongo pensar en una estrategia que les quite a los colegios la tarea orientada a seleccionar postulantes que le debe corresponder a las universidades.
¿Qué pasaría si todos los egresados de secundaria pudieran ingresar a las universidades sin dar examen de ingreso alguno, y que sea la universidad en el primer ciclo la que se ocupe de determinar quiénes son competentes para continuar los estudios superiores en esa universidad? Así se reemplazarían las famosas PREs, academias o el ingreso al ciclo cero de las privadas, y se terminaría con el condicionamiento a los colegios para que entrenen a sus alumnos en función del ingreso universitario, que es lo que los lleva a desistir de prestar atención a lo que es mejor como educación básica para los niños y adolescentes escolares.
Con eso se les quitaría a los colegios la misión de usar como meta el examen de ingreso y con ello las notas para establecer promedios y órdenes de mérito, que convierten al colegio en el pre-seleccionador de los ingresantes; se bajaría el estrés por las notas en el colegio y se contextualizaría la evaluación de los estudiantes en función de lo que cada universidad considera relevante de un estudiante para continuar en su seno con los estudios superiores.
Es uno de varios ejemplos de propuestas para generar nuevas opciones que confronten al sistema establecido y lo lleven a girar de la comodidad administrativa de las instituciones al estímulo personalizado de los intereses y las capacidades de aprendizaje de cada estudiante que, por definición, son diferentes en cada uno.