El juego es esencial para el desarrollo de los niños, de hecho, los niños naturalmente juegan. Cuando los niños juegan, ponen en práctica su autonomía al tomar sus propias decisiones y aprenden a motivarse a sí mismos. Los niños se sumergen en el juego y experimentan el estado de “flujo”, estudiado en la psicología positiva (Csíkszentmihályi).

Flujo que buscarán replicar a lo largo de su vida para encontrar satisfacción personal y profesional. Cuando juegan, los niños plasman todo su mundo interno libremente, lo cual les permite explorarse y crecer de forma sana.

Finalmente, el juego, al igual que la alegría, no se pueden imponer: son maneras de ejercitar nuestra libertad. Existen diferentes tipos de juego: juego social (con otros), independiente (por ejemplo, puzles) y juego guiado (en un contexto propuesto por un adulto).

Todos son importantes. Por ejemplo, aquel niño que no quería jugar con otros, se convierte en el adulto que no sabe jugar en equipo. Se trata de que el juego o una actitud de juego (“playfulness”) esté presente en nuestras actividades, como señala el investigador de Harvard Ben Mardell. Jugar nos permite sentir curiosidad por una situación e involucrarse en la experiencia para conocerla y transformarla.

A través del juego los niños desarrollan su capacidad intelectual. Cuando construyen con bloques van aprendiendo las nociones matemáticas, de clasificación, forma, etc. Al jugar al teatro ejercitan estructura narrativa, resolución de problemas y conflictos.

El juego social es particularmente importante para desarrollar las competencias socioemocionales y, por supuesto, el juego desarrolla nuestras aptitudes físicas.

El cansancio e incertidumbre por la crisis que estamos viviendo puede quitarnos la chispa o distensión necesaria para jugar. Sin embargo, es crucial no permitirlo y luchar contra corriente. Los niños (y los grandes), necesitamos seguir jugando, porque es la manera que nuestra especie logra procesar y transformar las situaciones que nos retan, como la que vivimos en este momento.