Cuestionable por donde se mire que este Congreso de película de terror haya permitido que sean repuestos en sus cargos los 14 mil docentes que desaprobaron las pruebas a las que fueron sometidos o que simplemente se negaron a ser calificados. Es decir, a los peores de todos los han devuelto a las aulas para que “ilustren” con sus conocimientos a los niños y jóvenes peruanos que reciben formación en la escuela pública.

Este parlamento populista, demagogo e irresponsable en extremo, está cometiendo un verdadero crimen contra el futuro del Perú, pero sobre todo contra los peruanos más pobres y vulnerables, que son los que deberían recibir educación con un mínimo de calidad y competitividad, a fin de que esta se convierta en una herramienta que les permita cortar la cadena de pobreza y necesidad que los agobia desde varias generaciones atrás.

Por beneficiar a 14 mil docentes de dudosas capacidades, están condenando a millones de peruanos, a futuros ciudadanos cuyos padres no pueden pagar un colegio privado, a seguir en manos de profesores a los que solo les interesa cobrar su sueldo a fin de mes, a cambio de poco o nada. Habría que preguntar a los congresistas que votaron por la reposición, si es que pondrían a sus hijos en los planteles donde enseñan estos profesores.

Esa pertinente idea de tener a la educación como un motor para salir de la pobreza, ha sido pisoteada por estos congresistas que están pensando en el aplauso fácil y los votos de los 14 mil docentes repuestos, y no en los niños y jóvenes del Perú, que tienen los mismos derechos que aquellos que pueden acceder a la educación privada de mayor calidad. ¿Así nos hablan de justicia social? ¿Así dicen que velan por el bienestar de los más pobres?

Esta norma dada en momentos en que Perú jugaba su primer partido de eliminatorias contra Paraguay, debe ser revisada y tirada al tacho. En la tarea de educar a los niños y jóvenes peruanos solo deben quedar los mejores profesores, y no los que han sido desaprobados o se negaron a ser calificados. ¿Qué pueden enseñar ellos? No se debe premiar a estas personas, y menos a costa de los futuros ciudadanos de un país con tantas necesidades.