En el año 2014, el fallo de la Corte de Justicia de La Haya sobre la delimitación marítima entre Perú y Chile puso fin a una controversia que estuvo vigente por décadas. Como se recuerda, nuestro país recuperó más de 50 mil km2 de mar gracias a un trabajo excepcional de nuestra Cancillería, que hizo que los tribunales internacionales entendieran que las características geográficas del sur del Perú y el norte de Chile no son, precisamente, una línea recta debido al zócalo continental que existe en dicha zona.
Sin embargo, es muy poco lo que el Perú ha aprovechado luego de 9 años de esta reivindicación histórica. Ello, entre otros factores, debido a que la flota industrial en el sur es cada vez menor por la dificultad que existe para pescar anchoveta debido justamente a las características geográficas del zócalo continental que hace que la anchoveta se profundice luego de las 5 millas.
Por ello, hoy se abre una gran oportunidad para aprovechar lo que el triángulo marítimo nos ofrece. Así, debido a la presencia del Fenómeno El Niño, y tal como lo ha señalado el ENFEN en su último comunicado, existe mayor disponibilidad de los recursos jurel, caballa y bonito y están presentes en el triángulo marítimo que nos pertenece.
En este contexto y a fin de paliar en algo la difícil situación por la que atraviesa el sector pesquero industrial, que genera empleo a más de 700,000 peruanos, el gobierno debería establecer una cuota extraordinaria de jurel y caballa, como se hizo en el año 2015; toda vez que estos recursos de no ser pescados migrarán hacia Chile.
Es importante anotar, que cuando la flota industrial pesca jurel, éste llega a los mercados a precios entre los 2 y 4 soles, beneficiando así a miles de familias peruanas en un momento en que la inflación y el decrecimiento económico nos viene afectando a todos.
En estas circunstancias tan difíciles, es momento de aprovechar de manera sostenible lo que nuestro mar nos está ofreciendo. No dejemos pasar como siempre las oportunidades. La hora de actuar es hoy.
