Una columna de Álvaro Monge Zegarra en Gestión habla de la necesidad de invertir en la primera infancia, para lo cual cita un análisis hecho por Macroconsult a partir de la Enaho 2021 sobre la trayectoria inversa del común de los jóvenes que ahora tienen 19 años.
Hay un 30% de probabilidad que de que no estén estudiando ni trabajando. De aquellos que llegan a trabajar, es 90% probable que sean informales y 60% probable que ganen menos que la RMV.
En su recorrido escolar tanto a los 7 como a los 13 años es probable que estén entre el 90% que no haya logrado un nivel satisfactorio de matemáticas escolares y el 80% de no haberlo logrado en lenguaje. Más hacia la infancia, es 30% probable que a los 5 años hayan tenido desnutrición crónica, 50% probable que hayan tenido anemia y 60% probable que vengan de un hogar pobre.
Lo curioso del asunto es que en el Perú el gasto por alumno en Desarrollo Infantil Temprano 2021 es 1,200 US por niño menor de 5 años, no tan lejos de otros países de la región. Sin embargo, la productividad es bajísima principalmente por problemas de gestión ineficiente y burocrática
James Heckman, Premio Nobel de Economía, reitera continuamente el impacto altamente positivo que tiene invertir en la infancia para potenciar el capital humano de cada individuo y de la sociedad en su conjunto y revertir el destino tan desventajoso de quienes no tuvieron la oportunidad de una enriquecedora educación infantil.
La excelencia en la gestión burocrática ministerial es la principal vacuna para prevenir los pobres resultados de los aprendizajes de niños y adolescentes.