El Congreso estaba en todo su derecho de inhabilitar de los magistrados de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) por incumplir su propio reglamento pero, al ser un proceso que estaba siendo observado desde todos los niveles, debió tener mayor cuidar que este no tenga nada que pueda ser objetado en otras instancias.

Pero estamos ante un Parlamento que no guarda las formas y desobedece su propio reglamento, pese a que buscaba inhabilitar a la JNJ por esa misma razón, y ha dejado un salvavidas para los de los magistrados Inés Tello de Ñeco y Aldo Vásquez Ríos que fueron sancionados con lo mínimo requerido, 67 votos.

La votación del congresista José Luna Gálvez en ambos casos, pese a ser miembro de la Comisión Permanente, ha colocado a los inhabilitados en la posibilidad de impugnar la sanción por más que el presidente del Congreso, Alejandro Soto, ya se haya apurado en firmar las resoluciones con las que se efectiviza lo logrado, con las justas, la noche del jueves.

De acuerdo a una “interpretación singular” del Parlamento, Luna Gálvez votó en el Pleno porque no lo hizo en la instancia previa, la Comisión Permanente.

Así, estamos frente a un proceso que, contra todo lo que muchos creen, está lejos de terminar y más si consideramos que aún falta votar un caso: la reconsideración a la votación que no logró inhabilitar a su actual titular, Antonio de La Haza.

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