La actividad pesquera es muy dinámica, está en constante movimiento y los cambios que viene presentando el planeta en materia ambiental, nos plantea enormes desafíos todo el tiempo para salvaguardar el medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos. Recordemos que la actividad pesquera interactúa en armonía con el entorno natural y miles de familias dependen de la pesca en nuestro país: desde los pescadores hasta el último vendedor de menú o mototaxista en las zonas pesqueras.
Por ello, uno de los factores claves en el éxito en cualquier pesquería, es estudiar la información que se obtiene del monitoreo constante y de la investigación científica para la oportuna toma de decisiones. De acuerdo al último informe de la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno “El Niño” – ENFEN, que agrupa a las diferentes instituciones que tienen competencia en materia ambiental, las condiciones ambientales para los próximos tres meses serán neutrales, lo cual es positivo para el desarrollo biológico del recurso anchoveta.
Precisamente por los factores ambientales, que impidieron el normal desarrollo de la actividad y por las malas decisiones adoptadas por la administración de entonces, el 2023 es recordado por ser el peor en los últimos 25 años para la pesca de anchoveta; sin embargo, este 2024, será recordado como el que marcó el inicio de la recuperación del sector pesquero industrial. Así de variable es nuestro medio ambiente y nuestro mar; tal como lo afirmaba el recordado científico peruano Marco Espino “la normalidad en el mar peruano es su alta variabilidad”.