El caso de Ricardo Briceño, expresidente de la Confiep, grotescamente investigado por la insania de José Domingo Pérez, no es la única injusticia cometida por el Equipo Especial Lava Jato que coordina Rafael Vela Barba. Ahora que hay un justificado cargamontón contra el Congreso en temas, como por ejemplo, la ley que impone límites al delito de organización criminal, habría que recordar el detonante de esta aberrante propuesta legislativa y que tiene como protagonista a la infausta dupla Vela-Pérez. Vayamos al punto. El jueves 11 de abril de 2019, el juez Jorge Chávez Tamariz aceptó el pedido de Pérez y ordenó la detención preliminar, por 10 días, de Gloria Kisic Wagner y José Luis Bernaola, exsecretaria y exchofer de PPK respectivamente. En el marco de la investigación por el caso Wesfield Capital, a la Fiscalía no se le ocurrió mejor idea que implicarlos como parte de una organización criminal con el fin de tener mayores plazos para sus pesquisas y solicitar sanciones más severas. Kisic tenía una cuenta mancomunada con PPK, mientras Bernaola habría recibido depósitos en su cuenta. Estos elementos sirvieron para que la Fiscalía y el juez Chávez consideraran que se trata de una “organización criminal”, la que, según el Código Penal, “es una agrupación de tres o más personas que se reparten diversas tareas o funciones, cualquiera sea su estructura y ámbito de acción, que, con carácter estable o por tiempo indefinido, se crea, existe o funciona, inequívoca y directamente, de manera concertada y coordinada, con la finalidad de cometer uno o más delitos graves”. Más allá del fondo del asunto -la responsabilidad o no de todos los investigados deberá determinarse- la tipificación fue forzada para justificar el mismo abuso que la Fiscalía atribuye a los partidos políticos en un contexto en el que el Caso Lava Jato se cae a pedazos.

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