Los asesinatos en Lima y regiones han ido en aumento sin que haya un plan que impacte en el índice criminal. Por ejemplo, mataron a un joven en La Cultura en Lima y a otro en Trujillo, donde en 16 días ya se habían acumulado 13 muertes, lo que revela una estadística similar a la del 2024. ¿Por qué son importantes los índices de criminalidad? Porque son un medidor frío de una papa caliente, catalizadores de cómo vivimos en el Perú. Así las cosas, podemos inferir que no necesitamos más leyes drásticas, suficientes con las que tenemos. Tampoco es solo cuestión de planificación policial, sino de ir al fondo del problema: el factor social. En El Porvenir (Trujillo), hay niños que tienen como ejemplo para conseguir dinero a Los Pulpos. ¿Qué sucede para que dicha banda criminal sea un referente de superación? Aparte del factor familiar, los hogares disfuncionales, la característica de estos distritos es que carecen de alternativas públicas, desfogues juveniles como el deporte y la cultura. Tampoco es el factor económico el que influye del todo en los menores de edad. El Porvenir es un polo de desarrollo, donde la industria del calzado es una potencia nacional y genera miles de empleos, en su mayoría para adolescentes. Entonces, si no es la falta de trabajo, qué sucede con esa zona donde campea la delincuencia organizada. La municipalidad distrital debe ser el primer interesado en reducir los índices del hampa. Las propuestas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos no deben darse por separado del Ejecutivo, que aplica una política nacional.¿Qué tipo de medición manejan las comunas del país? ¿Qué estrategia social aplican para mantener alejados a los jóvenes de la delincuencia? Es una tarea pendiente.