El representante del oficialismo en la Comisión Permanente del Congreso, Clemente Flores, debería preocuparse en aclarar a la brevedad posible los negocios de su hermano y demás familiares con el Estado, pues una investigación de Correo Lambayeque que también ha sido replicada en Lima el domingo último, ha puesto en evidencia que, pese a las prohibiciones vigentes, el llamado Grupo Flores viene facturando varios millones de soles.

En lugar de acusar de públicamente de “extorsión” a periodistas de este diario y de plantear querellas judiciales, el legislador chiclayano debería explicar cómo así sus parientes directos hacen negocios con el sector público, tal como lo exhibe la investigación periodística iniciada en setiembre último.

Si realmente estamos en el tan mentado gobierno de la lucha contra la corrupción, la administración del presidente Martín Vizcarra y del premier Vicente Zeballos debería pronunciarse al respeto, pues lo denunciado es muy delicado, más aún si se trata de negocios de los parientes directos de un legislador oficialista.

Lo señalamientos ante denuncias de casos de corrupción y conflictos de intereses deben de hacerse contra todos los que incurran en estas acciones. De nada vale promocionar honestidad y limpieza, si a los correligionarios, aliados y escuderos no les pasa nada.

TAGS RELACIONADOS