Una gran muestra del deplorable nivel de nuestra política en los meses previos a las elecciones generales del 2026 está en el hecho, qué duda cabe, de que se esté usando la imagen de un condenado por ladrón como Martín Vizcarra, para promocionar candidatos y atraer votos para la agrupación política que fundó pese a estar inhabilitado para ejercer la función pública.
Pero más allá de eso, que no es otra cosa que engañar a la gente al hacerle creer que “Lagarto” Vizcarra es el candidato a algo cuando en realidad está preso, está el hecho más penoso aún de que haya personas, en este caso candidatos al Congreso, que no tengan el menor reparo en aparecer al lado de este sujeto, lo que tendría que ser una verdadera vergüenza y no motivo de orgullo.
Lo lógico sería que el partido del “Lagarto” trate de alejarse de su imagen y “legado” por ser un condenado por corrupto, por coimero, por ladrón, pero acá sucede lo contrario: se muestran orgullosos de estar apadrinados por un recluso, por quien ha sido enviado a la cárcel de Barbadillo por sinvergüenza.
El votante tiene en sus manos castigar en las urnas a esta gente y a la agrupación del coimero de Moquegua, uno de los personajes más mentirosos, tóxicos y nefastos que ha degenerado nuestro país.




