Cuando el año 2000 accedí al cargo de viceministro de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación con un equipo de profesionales, encontramos una realidad lamentable: las horas de clase efectivas eran muy pocas. En el ámbito rural el promedio era de 500 horas al año y en el urbano alrededor de 700. Constatamos que, sobre todo en provincias, se suspendían clases por fiestas patronales, desfiles y aniversarios de diverso tipo. A esto se agregaba que las clases comenzaban en abril y terminaban en los primeros días de diciembre.
Sin embargo, los colegios privados generalmente comenzaban clases el primer día hábil de marzo, no se suspendían las clases por cualquier motivo y se trabajaba en la mayoría de ellos hasta las 2.30 pm en primaria y hasta las 3.30 pm en secundaria. Situación que se mantiene hasta hoy.
Ante esta situación se estableció un mínimo de horas lectivas anuales para inicial, primaria y secundaria; que los colegios públicos iniciaran clases los primeros días de marzo; y, entre otros, que los ensayos de desfiles se hicieran fuera del horario escolar.
Sin embargo, hace más de una década que estas decisiones se han ido debilitando, hasta el punto que para el año escolar 2025 se ha fijado como fecha de inicio el 17 de marzo e interrupciones de clases al terminar el primer y tercer bimestre por una semana. Hay que tomar en cuenta que en la mayoría de colegios públicos, salvo los de jornada escolar completa, las clases son de 8.00 a.m. a 1.00-1.30 p.m.
Sería una buena decisión del Minedu reajustar el calendario anual del año escolar 2025 fijando como inicio el 10 de marzo. Y que los períodos de gestión escolar al final del primer y tercer bimestre sean solo de dos días. Más horas efectivas de clases en los colegios públicos.