La denuncia formulada el domingo último por Latina, en el sentido de que la actual presidenta Dina Boluarte habría interferido en alianza con malos miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para alterar el resultado de la segunda vuelta de las elecciones generales del 2021 que dieron como ganar a Pedro Castillo, es muy grave y merece ser aclarada por los aludidos en el reportaje que en parte da la razón a los que hablaban de fraude en esos comicios.
En estas movidas también aparece metido Richard Acuña, el hijo del dueño de Alianza para el Progreso (APP), César Acuña, quien desde un inicio se mostró como un aliado de Castillo, al extremo que se reunieron en la putrefacta guarida del pasaje Sarratea y más tarde defendió públicamente la validez el mamarracho de tesis de maestría que hizo el profesor chotano en la universidad de su paisano hoy gobernador de La Libertad, la cual era un monumento al plagio, la improvisación y la falta de rigor académico.
El reportaje de Latina se basa en las declaraciones dadas al Ministerio Público por Salatiel Marrufo, quien ya en el gobierno de Castillo trabajó como jefe del gabinete de asesores en el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, donde según este mismo personaje ha dicho, se recibían sobres de dinero que iban a parar a manos del entonces mandatario. Si este sujeto miente en sus declaraciones, se va directo a la cárcel, donde ya ha pasado un tiempo por el rol que jugó en la Chota Nostra.
El testimonio de Marrufo sindica directamente a la actual mandataria, que en ese momento aspiraba a la vicepresidencia en la plancha de Castillo. La señala de haber enviado a dos de sus allegados a fin de pactar con miembros del JNE para evitar que prosperen las impugnaciones presentadas por Fuerza Popular. ¿Qué dirá el presidente del ente electoral Jorge Luis Salas Arenas? ¿Insistirá que su rol en los comicios fue inmaculado y que los cuestionamientos son parte de una campaña en su contra?
Habría que ver qué dicen también los que han defendido a capa y espada la “limpieza” de los comicios que nos dieron como mandatarios a Castillo y luego del golpe de Estado a Boluarte. Lamentablemente, el Ministerio Público no ofrece mayores garantías de investigaciones y acusaciones limpias y profesionales. Veamos lo que sucede con las confesiones de Jaime Villanueva, que valen cuando afectan a algunos, pero no cuando se toca a gente como Rafael Vela y Domingo Pérez. Todo mal.