Lo leí en el twitter: “Ahora que llegue a la oficina no sé si hablar de Melissa Klug o de Tondero”. Esta frase medio en serio, medio en broma es muy reveladora. Se han instalado en el país algunos debates que no tienen nada que ver con los hechos políticos. No hay demasiados oídos para el caso Odebrecht, la crisis del gabinete de Vicente Zeballos, el retiro de la seguridad de los congresistas y la repartija del poder.

A estas alturas la gente sabe más de la cifra que le entrega Jefferson Farfán a la madre de sus hijos mensualmente antes de la demanda millonaria de Odebrecht al Estado peruano. Pero ojo que no sucede solo aquí. Por ejemplo, hace algunos años el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en una conferencia de prensa junto al mandatario ruso Dimitri Medvédev, dijo “follar” en vez de apoyar y este lapsus se llevó toda la atención del país. La gente está más pendiente de espacios donde pasan cosas que conoce, que son más cercanas y en las que puede ser protagonista, aspirando finalmente a cambiar o reforzar el rumbo de una tendencia.

La polémica por las películas peruanas también ha sido objeto de rechazo o adhesión. Que a la empresa Tondero se le cuestionepor no producir filmes a la altura de “Parasite” también abrió una discusión multitudinaria. Ahora a la mayoría le gusta el cine de autor, el cine no comercial. Me hace acordar cuando falleció Marco Aurelio Denegri y todas las voces se unieron para resaltar su aporte en la televisión y denostar de los realitys y otros programas de alta audiencia. Si todos los que escribieron o hablaron apoyando al intelectual lo hubieran visto habitualmente, su secuencia habría tenido más rating que “Esto es guerra”.

Para cerrar el tema del cine peruano, aquí una frase de Francisco Lombardi en junio de 1977. “El realizador que no entienda que el cine es hoy en día un asunto de mercado, propicia la extinción del cine nacional”. Un concepto de más de 40 años que sigue vigente.

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