El Minedu ha evidenciado no saber sumar, porque sistemáticamente 1+1 le sale cero. Veamos. Minedu segmenta las áreas pero espera que los alumnos integren. Asigna competencias diferentes a cada área, pero aspira a que éstas sean transversales.
Minedu prioriza las matemáticas en las evaluaciones y asignación de horas de clase, pero aspira a que los alumnos reciban una educación integral.
Minedu pone énfasis en la evaluación de resultados (vía pruebas y notas en las actas) pero propone una evaluación integral de proceso
Minedu invoca a estándares e indicadores de logro y desempeño a lograr por igual por todos los alumnos, pero sostiene que su política es inclusiva y de respeto a la diversidad.
Minedu hace las veces de padre autoritario, distante, impositivo y represivo para el sistema, pero aspira a que los colegios cultiven la vocación por la paternidad y maternidad responsable, la creatividad, el espíritu emprendedor.
Minedu mantiene una relación vertical, autoritaria, represiva, controlista, sancionadora con los colegios, pero sostiene que hay que educar hacia la autonomía, el pensamiento crítico y la ciudadanía responsable y democrática.
Minedu tiene éxito en producir fracasados, porque sus índices de “no logro” superan largamente al de los aprendizajes logrados
Si el Minedu quisiera que 1+1 fueran dos (o más) debiera empezar por deconstruir todas las inconsistencias que le impiden dar pasos hacia la innovación, que depende las instituciones que ponen en juego sus recursos y motores internos.
El Minedu debiera ser la caja de resonancia y no la camisa de fuerza que las inmoviliza.