Al concluir el año educativo 2024, podemos decir que ha sido un período regular, salvo las indebidas suspensiones de clases presenciales en Lima, así como en algunas regiones. Hay realizaciones como “EduCunas” para niños de 12 a 36 meses que es un avance en la educación inicial. Igualmente, las inauguraciones de 23 escuelas Bicentenario y se tiene previsto avanzar este año con 52 más. Merece, además, ser reconocido el avance sostenido de “la meritocracia magisterial”.
Pero, el currículo escolar sigue sin mejorarse; no hay “bancos de libros actualizados” y la formación continua de los docentes debe insistir en el acompañamiento socioemocional de los alumnos, para lo cual también deben mantenerse y aumentar las plazas de psicólogos escolares. Aún no se restituye la Dirección Nacional de Tutoría y Orientación Educativa.
Es necesario atender lo señalado líneas arriba, así como es urgente invertir mínimo mil millones en el mantenimiento de los colegios y convertir el exitoso Proyecto de las Escuelas Bicentenario en un programa de corto, mediano y largo plazo al 2040 para restituir alrededor de 20 mil locales escolares con apoyo de la banca multilateral. No menos importante es mejorar los 1600 colegios con variante técnica que requieren talleres, equipos, maestros capacitados, etc. Y, también, poner atención a los institutos y escuelas de educación superior tecnológica y pedagógica, así como al presupuesto y al mejoramiento de las condiciones básicas de calidad de las universidades públicas.
Finalmente, insisto, en el aumento de las horas efectivas de estudio en la escuela pública, adelantando las clases del 17 al 10 de marzo; dar la Ley para el nombramiento anual de los profesores; y, desde luego, que el gobierno cumpla los compromisos con el magisterio nacional.